Se dice que crisis es oportunidad en algunos casos. Un mecánico brasilero, Alfredo Moser, cansado de sufrir de los frecuentes apagones de luz que afectaban a Uberaba, realizo el siguiente invento. La lamparita para los pobres, esta conformada por una botella llena de agua.  Moser empezo a jugar con la refracción de la luz solar en el agua hasta obtener este invento.

La practicidad de este artefacto sencillo esta al alcance de cualquiera, solo se necesita una botella de dos litros llena de agua a la que se debe añadir algún alguicida ( lavandina). Se perfora el techo para colocar la botella y se sella con resina poliéster.

La potencia de este artefacto oscila entre los 40 y 60 vatios dependiendo de la intensidad del sol. Como resultado obtenemos iluminación gratuita, ecológica durante el día para construcciones precarias de pocas ventanas.

Otra ventaja que tiene esta luminaria es que no cuesta mucha plata, y es imposible electrocutarse.

 “Es una luz divina. Dios hizo el sol para todos y su luz es para todos”, señala Moser en declaraciones a la BBC. 


En los últimos tres años, este invento ya recorrió 15 países beneficiando a los que menos recursos tienen, sobretodo en lugares donde el costo del consumo de la electricidad es elevado.

Pese a que el inventor consigue unos pequeños ingresos instalando botellas en casas y comercios locales, su idea no le ha hecho rico, ni tampoco lo ha pretendido.

En las Islas Filipinas ya se instalaron en 140.000 hogares. Otros Paises que aprovecharon esta iniciativa fueron India, Bangladesh, Fiji y Tanzania.

Arqto. Alexis Bernardou

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