mvrdvcelosia_03_popupEl edificio para apartamentos proyectado en Madrid por MVRDV, a poca distancia del famoso edificio Mirador, se resuelve en el equilibrio de los conceptos, entre grande y pequeño, entre horizontal y vertical, entre cerrado y abierto. La tipología de vivienda con patio sirve de ocasión para la creación de otros patios menores en las plantas, que abren la vista sobre la ciudad y ofrecen inéditas perspectivas dentro de la arquitectura misma.

El bloque de viviendas Celosia proyectado por el estudio holandés MVRDV y por Blanca Lleo asociados forma parte de las grandes intervenciones de edificación popular que el municipio de Madrid está encargando para el desarrollo y la cualificación del barrio periférico de Sanchinarro. Se remonta a tan solo cinco años el célebre edificio Mirador, imponente tablero de ajedrez de viviendas con mirador sobre la ciudad y sobre el campo circundante, obra de los mismos arquitectos. En contraste con el marcado desarrollo vertical del Mirador, el Celosia se detiene a 10 pisos de altura para distribuirse en horizontal y repartir 146 apartamentos y más de veintiun mil metros cuadrados de superficie.

Construido sobre una planta rectangular, el proyecto remite a la tradicional tipología de edificios de vivienda con patio, pero es capaz de superarla multiplicando sus mismas ventajas. Conceptos propios de este modelo residencial como la apertura visual, la ventilación natural, la privacidad y la constitución de un microcosmos que favorezca las relaciones interpersonales, corren el riesgo, de hecho, de perder eficacia cuando las dimensiones de la arquitectura se agigantan: un límite de difícil previsión. Teniendo que buscar este límite proporcional, los proyectistas han estudiado una combinación de bloques de vivienda agregables cuyo resultado realiza vacios arquitectónicos que infunden respiro a todo el complejo. El efecto formal es el de una trama abierta, donde la vista está permitida desde fuera hacia dentro y viceversa, anulando el efecto colateral de aislamiento que es uno de los riesgos de la exacerbación de la tipología con patio.

Estos vacios han sido interpretados además como pequeñas plazas compartibles por varios apartamentos, lugares de tránsito y de relación, en los que el beneficio de la apertura al exterior se ve acentuado por la creación de balcones y pasarelas que se asoman al mismo.

De ello deriva el diseño de las fachadas donde la fuerte horizontalidad de las plantas, marcada por las losas blancas, es interrumpida por dos niveles de trama: una más ancha es la de los balcones que corren a lo largo de todo el edificio y lo otra mas tupida es la realizada por las ventanas a toda altura. Las finas barandillas pintadas de blanco, los pretiles de cristal en las ventanas, las aberturas circulares que decoran de luz las “plazas” en el ultimo nivel, revelan en la transparencia la misión del proyecto. Y a pesar del cemento a la vista, macizo y uniforme, valientemente exaltado por el acabado brillante reflectante, en todas partes se puede ver mas alla y la arquitectura no hace de muro.

Se concluye entonces que es importante el gran tamaño en relación con el pequeño y, en este constante dialogo, se celebra el valor compositivo y el equilibrio del proyecto.