tower-view---W-PROJECT-HORIEl proyecto ideado por Steven Holl para la construcción de la nueva zona residencial de Ámsterdam, en la zona de Toolemburg-Zuid, próxima al aeropuerto de Schipol, es indudablemente digno de interés por la especial atención prestada por el arquitecto en busca de tipologías de viviendas, especial y detalladamente pensadas para satisfacer las diferentes exigencias previstas por las diversas categorías de usuarios que, como se piensa, disfrutarán del nuevo barrio.

Siguiendo las indicaciones del Plan nacional holandés para la política ambiental del 2001, ante la necesidad de atenerse al respeto del equilibrio ambiental, el objetivo perseguido por Holl en la creación de este nuevo polo residencial de Ámsterdam ha sido reducir al mínimo los costes de construcción y, al mismo tiempo, optimizar los de realización, creando al mismo tiempo un lugar hecho de arquitecturas y espacios bellos y funcionales.

Partiendo de estos presupuestos se ha observado ante todo una diferenciación de las tipologías de construcción en base a los empleos relacionados con las diversas categorías de habitantes que residirán en él, para realizar edificios que se pueden explotar al máximo y de la mejor forma posible.

De este modo, se han previsto torres residenciales («cactus towers»), distribuidas alrededor del perímetro de la zona, con las últimas plantas de los loft destinados a los que residirán durante breves periodos de tiempo, mientras que en la parte central se recuperará un lago ya existente, destinado a formar parte integrante y fundamental de la composición de todo el barrio, tanto desde el punto de vista formal, como por el fuerte efecto caractizante que determinan el complejo, como en lo que concierne a los distribución de los edificios mismos de viviendas.

Alrededor del mismo se dispondrán una serie de viviendas destinadas a disfrutar de servicios comunes para la gestión de la vida doméstica («co-housing»), con forma de bloques alargados y partidos. Pero también se desarrollarán posteriores espejos de agua que serán cada uno una especie de satélite, alrededor de los cuales serán colocados, con una disposición en forma de patio, diversos tipos de residencias tradicionales (“polder voids»).

Tres zonas al margen serán destinadas a acoger viviendas unifamiliares con jardines privados y, además de crearse toda una serie de funciones recreativas y educativas capaces de hacer que el núcleo de la vivienda sea autosuficiente, también se crearán casas-fábrica, de las que parte de ellas serán destinadas a los pequeños empresarios domésticos. En la maqueta que ilustraba el proyecto la atención se centraba especialmente a esta variedad compositiva que lo caracteriza, también gracias al soporte de una especie de catálogo tipológico, con el que Steven Holl ha querido señalar a la comisión del concurso la posibilidad de emplear la formas de construcción tradicional de manera inteligente, integrándolas en una dimensión realmente habitable y en un contexto de costes contenidos.

Si por un lado, en efecto, la flexibilidad definida por la creación de diversas tipologías residenciales permite tener bajo control los costes de gestión, por la otra debe decirse que toda la organización del complejo ha sido prevista mediante el empleo de materiales duraderos, cuyo coste superior se amortizará gracias a su estabilidad en el tiempo, y mediante técnicas constructivas elegidas entre las que con las mejores prestaciones son capaces de explotar las fuentes de energía naturales y los materiales obtenidos del reciclaje.