Líneas simples y ambientes placenteros. Con un marcado espíritu racionalista, frente al mar, la vivienda diseñada por el estudio Othaz & Vecchi representa una verdadera conquista proyectual en el marco de playa montermoseño.
Pensada para un lugar de vacaciones, la propuesta se gestó sobre el tipo de usos que marcan una diferencia con la tradicional casa familiar. El pedido del comitente fue crear ambientes espaciosos y sencillos, especialmente funcionales al tipo de vida que se desarrolla en una residencia de veraneo.
El terreno otorgó facilidades proyectuales inigualables. El privilegio de tener la playa al límite del lote direccionó favorablemente el diseño, permitiendo encuadrar el mar como “patio” de la casa.
Priorizando la horizontalidad del paisaje marino se generó un primer volumen paralelo a la costa. En éste se ubicaron los ambientes públicos como el estar-comedor y la cocina. Todos ellos compartiendo una misma espacialidad que otorga una integración única a las actividades, con el privilegio de tener perspectivas completas hacia el mar.
La horizontalidad de la visual fue el disparador para generar los espacios. Los arquitectos reforzaron este hecho con la colocación de una galería a lo largo de la vivienda que hace sus veces de “rambla” y balcón costero. Al ser íntegramente de madera otorga la sensación de encontrarse suspendida sobre la arena, permitiendo “estar” en la playa sin estarlo.
Siguiendo la secuencia de lugares exteriores, hacia el lateral sureste y en conexión directa con la cocina se generó el espacio comedor de la parrilla, que también presenta vistas a la playa y constituye el sector de acceso de servicio a la vivienda.
El ingreso principal se encuentra en el lateral noroeste, coronado por un volumen de piedra que realza la puerta principal, con alta gama de especificaciones de seguridad.
La casa se completa con el bloque posterior que contempla el baño de la habitación de niños y público de la casa y la suite matrimonial. Ambos con amplios ventanales de expansión hacia el patio interior del terreno, donde se conecta con las dependencias de servicio (habitación, baño y lavadero) además de los espacios para el guardado de los elementos motorizados de playa.
El manejo de la espacialidad se pensó en tres escalas ambientadas en diferentes alturas. El espacio principal es el de mayor amplitud, siendo la galería hacia delante de menos diferencia para enmarcar la visual al mar. El sector de baños y dormitorios es significativamente más bajo, permitiendo la adecuación de los cielorrasos vistos, realizados con losetas premoldeadas de hormigón que se pintaron directamente.
La decoración hace sistema con las elecciones arquitectónicas. En las texturas y colores el blanco es el principal protagonista, como continente de los detalles de mobiliario y textiles donde se trabajó con los composé de azules y superficies rústicas.
La casa cuenta con instalaciones de acondicionamiento tanto para el invierno, en piso radiante, como para el verano, con aire acondicionado tipo Splitt. También ha sido prevista de aberturas de PVC y vidrios en DVH que garantizan la estanqueidad tanto sonora como térmica.