03_soutodemoura_casapontedelima3_popupEduardo Souto de Moura figura entre los máximos exponentes de la escuela de arquitectura portuguesa. Su reciente proyecto de la casa en Ponte de Lima 3, en el norte del país, contiene muchas de las características de su poética de la forma, a la vez que comunica una sostenibilidad basada en la historia y respeto del lugar.

La casa en Ponte de Lima 3, reciente obra del maestro de la arquitectura portuguesa Eduardo Souto de Moura, no se puede sintetizar en la sencillez aparente de sus formas. Es una obra de la que hay que conocer y profundizar los detalles que la componen introducidos por el diseñador. Ganador de prestigiosos reconocimientos como el Pritzker prize 2011 o el Wolf Prize 2013, citando sólo los más recientes, Souto de Moura realiza obras de arquitectura “silenciosas”, obras de la ausencia, como los vacíos recortados de las sombras netas que tan intensamente caracterizan su poética. En esta obra se reconoce la tensión por la reducción a las formas esenciales del paralelepípedo a dos plantas, la planta baja, donde se encuentra la entrada a nivel de calle, y la planta de semisótano. El volumen de la casa en Ponte de Lima se apoya en la ladera oeste del solar, y el resultado es mudo y compacto mientras se abre hacia el sur, con la moderación que el clima permite. En la fachada meridional están literalmente excavados los balcones y las ventanas que corresponden a los dormitorios y al salón de la planta baja, mientras que en el semisótano una gran piscina se asoma a la vegetación de alrededor gracias a una larga pared acristalada a toda altura.

El lado norte cuenta con el único acceso a la casa, a la que se llega por la verja desde la calle a través de un camino adoquinado en granito. Si se observa el alzado por este lado parece como si la línea oblicua de la colina cortara en dos la casa. Al subir desaparece el terreno mientras que se muestra al bajar, abriéndose a un diálogo con el parque al que da acceso.

Como en otras obras anteriores de Souto de Moura, la vivienda de cemento encalado en blanco se recorta contra la naturaleza que la acoge y su presencia sirve de protección al hombre. La potente luz solar de Portugal se cuela en los espacios de forma calculada. Los dormitorios, la cocina y el salón están cerrados por tres lados, mientras que el cuarto totalmente acristalado se orienta al sur. Pero la luz que entra no es directa, sino algo mitigada por la presencia de los balcones. Con el mismo afán de protección surge la invención del cercado suspendido en el lado este, que se inspira en la historia del lugar. El solar donde surge la nueva casa de vacaciones, como explica el proyectista en sus notas, era en origen una residencia rural.

Lo que antaño era un recinto exterior a los muros de la vivienda, se proyecta hacia arriba y se deja voladizo en suspensión. El sol al salir ilumina el jardín y el árbol solitario que crece en el suelo de granito. Cuando el astro llega a lo alto del cielo el “recinto” cubre el árbol, proyectando en el suelo una sombra neta. Cobija como una cobertura, pero sin cubrir, y el árbol puede crecer e incluso superar en altura al edificio.

Siguiendo esta línea de suspensión, la escultórica escalera exterior está realizada sin parapeto, y supone la prolongación de la terraza al jardín. Se vuelve a evocar el vínculo entre interior y exterior, entre arquitectura y naturaleza. Y así, el techo verde le devuelve al paisaje lo que ha ocupado el volumen construido.

Ficha Técnica

Proyecto: Eduardo Souto de Moura

Colaboradores: Patrícia Diogo, Manuel Vasconcelos y Luísa Rosas

Cliente: Particular

Lugar: Ponte de Lima (Portugal)

Superficie útil bruta: 385 m2

Área de la parcela: 1350 m2

Inicio de la obra: 2003

Final de obra: 2012

Escaleras exteriores con revestimiento de granito

Fachadas de cemento y cristal

Estructura de cemento encalado

Revestimiento interior de ladrillo encalado

Suelos de madera