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Con un vocabulario arquitectónico a base de líneas puras y rectas, planteando una moderna síntesis de forma y función, el estudio de los arquitectos Guillermo y Juan Ignacio Allerborn ha diseñado una propuesta singular que trasciende un intenso legado familiar.

Respecto de la división parcelaria más común la casa entre medianeras se encuentra emplazada en un terreno urbano de medidas atípicas. En una cuadra donde los lotes poseen 20 metros de frente por 20 metros de fondo conformando un perfil muy particular, conviven armoniosamente la vivienda multifamiliar y las casas, sin afectar la vida privada de ninguno de los vecinos.

A la peculiaridad del espacio se suma la particularidad del cliente. En esta oportunidad, el proyecto le ha sido encargado a los miembros del estudio Allerborn por sus propios padres. Al respecto, Juan Ignacio Allerborn señala: “se trata de una obra cargada de historia, donde creímos saber, tanto de un lado como del otro, que se estaba buscando para vivir los próximos años”.

Ambas partes lograron ponerse de acuerdo, en primer lugar en el hecho de que los espacios debían ser vividos en su totalidad y a toda hora del día. Por eso se pensó en espacios integrados, de gran fluidez y con una fuerte presencia de luz natural. Se priorizó una arquitectura que se relacionara íntegramente con el patio y que en todo momento éste se presente como una excelente excusa para el disfrute de reuniones, la recepción de amigos y familia.

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Emotiva y funcional

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La vivienda ocupa la totalidad del ancho del lote, controlando de esta forma la privacidad del patio con respecto a la calle y recomponiendo el perfil urbano de la cuadra.

El proyecto se organiza a partir de un eje que articula los distintos lugares. El mismo ordena la zona de dormitorios, baños, cocina y accesos hacia la calle y los sectores más sociales de la casa que se expanden al patio. Dentro de estos últimos se encuentra el quincho, que está integrado a la casa y cuenta con acceso directo desde la calle por la cochera. Este eje al que se ha hecho mención ha sido materializado por una biblioteca que es parte del diseño arquitectónico. Se encarga de generar la circulación y es consecuente con la idea de que los espacios sean lo más permeables y fluidos posibles.

El diseño del mobiliario en su totalidad fue realizado por el propio estudio y confeccionado a gusto y medida de los propietarios, respondiendo fielmente a sus preferencias.

Techos de chapa, muros de ladrillos cerámicos, pisos de madera, grandes aberturas de aluminio y revestimientos plásticos conforman un proyecto de resolución tradicional que se adapta perfectamente a las condiciones y clima del lugar.

Con volúmenes simples y arquitectura de líneas puras y rectas, la vivienda combina colores claros con piedra. Se carga de emociones por los lazos que vinculan al estudio con los propietarios, insertándose agradablemente en una típica cuadra de barrio de nuestra ciudad.