11701177117511781171Considerado el máximo representante del modernismo catalán, Antoni Gaudí ha dejado un legado que evade todo intento de clasificación. A través de una arquitectura imaginativa, con una compleja composición geométrica, creó un manifiesto absolutamente personal que encuentra su principal inspiración en la naturaleza.

Antoni Gaudí  desarrolló una racionalidad técnica que justificó en la implementación de los materiales y un prodigioso dominio de las formas. En oposición a las corrientes de la arquitectura occidental moderna, insistió en un pensamiento que lo llevó a crear una obra repleta de contenidos simbólicos.

Se propuso aportar soluciones prácticas, pero sus resultados fueron más allá. Supo traspasar la frontera entre  naturaleza y arte, creando una nueva arquitectura basada en las líneas curvas, experimentando estructuras y nuevas formas de una manera continuada.

Nació en Reus, Cataluña, el 25 de junio de 1852. En su pueblo natal  realizó los primeros estudios y desde 1863 hasta 1873 continuó su formación en la Facultad de Ciencias de Barcelona. Ese último año, empezó a cursar en la Escuela Provincial de Arquitectura de la Ciudad Condal. Finalmente, en 1878, se graduó de arquitecto.

Su despegue como referente a nivel global se enmarcó en una época de fuerte desarrollo económico y urbanístico de Barcelona. La adopción de los cambios técnicos impulsados por la revolución industrial  tanto como el auge de una burguesía catalana próspera e interesada en proyectos artísticos representativos influyeron notablemente en Gaudí.

Estudioso de la profundidad de las formas orgánicas de la naturaleza, persiguió un lenguaje capaz de plasmar estas ideas en la arquitectura. Sostenía que la curva era la línea de Dios y la recta, la de los hombres.  Quizá por esto la curva es esencial en su obra. Descubrió como materializarlas y supo copiar estos conceptos mediante el aprendizaje empírico de su entorno.

Entre sus principales fuentes de inspiración podemos mencionar la montaña de Montserrat Cueva del Salnitre (Collbató), las cuevas de Mallorca, los riscos de Fra Guerau en la sierra de Prades cerca de Reus, la montaña de Pareis al norte de Mallorca o Sant Miquel del Fai en Bigas.

La tridimensionalidad de sus maquetas en yeso, barro, tela metálica o cartón mojado y moldeado, lo acompañaron desde un principio. Su gran capacidad como proyectista permitió que sus propuestas, concebidas como volumétricas, no perdieran fuerza  a la hora de definirlas en las dos dimensiones que obliga el papel de dibujo. De hecho, pocas veces realizó planos detallados de sus obras. En su defecto, prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente.

Atendiendo tanto a las soluciones estructurales como a las funcionales y decorativas, Gaudí se comprometía hasta el más mínimo detalle en cada una de sus obras.  Integraba en la arquitectura una serie de trabajos artesanales que él mismo dominaba a la perfección como cerámica, vidriería o carpintería.

Con una impronta única, su legado se caracteriza por la búsqueda de novedosas soluciones, que logró luego de toda una vida dedicada al análisis de la estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis de todos los oficios y las artes.

>Casa Batló

Nacida de la completa reforma de un edificio preexistente, la Casa Batló es una de las obras más emblemática del genial arquitecto reusense. Presenta un maravilloso  diseño ornamental, con una original fachada con líneas curvas que en su conjunto forman una alegre representación, con elementos orgánicos, cargada de colores y simbolismo.

En la parte superior, el tejado posee forma de lomo de animal y grandes escamas tornasoladas. El remate espinal, en tanto, está formado por piezas esféricas de grandes dimensiones con colores cambiantes de un extremo a otro de toda la cumbrera.

La Casa Batló es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí.  Corresponde a su etapa naturalista (albores del siglo XX), período en que el arquitecto perfeccionó su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que implementó toda una serie de nuevas soluciones estructurales.

>Park Guell

El Park Guell es una de las expresiones más notables de la voluntad de representación de las elites industriales de Barcelona en los inicios del siglo XX. Con una extensión de más de 17 hectáreas, está cubierto por formas onduladas, figuras de animales, columnas con aspecto de árboles y formas geométricas.

El Conde Eusebi Guell encargó a Gaudí el proyecto de  lo que inicialmente sería un complejo para familias acomodadas en una gran finca que había adquirido en la zona conocida popularmente como la montaña Pelada.

El arquitecto catalán concibió la obra con un sentido religioso a la vez que orgánico y urbanístico, adentrándose en un insólito proceso  de creación artística.

Mezcló en este parque su estilo extravagante con la naturaleza, para materializar estructuras que se elevan desde el suelo como árboles, pero son identificables como elementos construidos.

El artista aprovechó el desnivel de 60 metros de la montaña para crear un camino de elevación espiritual, en cuya cima planeaba construir una capilla que finalmente fue sustituida por el Monumento al Calvario. El punto central del parque es una gran plaza en la que se encuentra un enorme banco, con apariencia de serpiente recubierta por pequeñas piezas de cerámica.

Inaugurado en 1922 , el Park Guell se ha convertido en uno de los principales lugares de interés turístico de la ciudad. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

>Basílica de la Sagrada Familia

Principal exponente de la arquitectura modernista catalana, la Sagrada Familia es una obra maestra de Gaudí que se destaca por sus dimensiones y  ambición.

Alzada sobre una cruz latina, con cinco naves, la basílica se caracteriza por sus torres alargadas, coronadas por pináculos revestidos de cerámica. Dichas torres aportan un rasgo espectacular que, sin embargo, no es el mayor proyectado por el arquitecto: entre las partes todavía no construidas se destaca un monumental cimborrio de 170 metros de altura, llamado a convertirse en el más prominente elemento del conjunto arquitectónico.

En 1926, al morir el artista , sólo se había construido una torre. Del proyecto original del edificio sólo se conservaban planos y un modelo en yeso que resultó sumamente dañado durante la Guerra Civil. Sin embargo, desde entonces han proseguido las obras sin interrupción. Actualmente han sido terminados los portales del Nacimiento y de la Pasión, y se ha iniciado el de la Gloria. Se ha cubierto todo el espacio interior y se colocaron las bases de las seis torres centrales.

Las obras de la Sagrada Familia,  a las que Gaudí dedicó  40 años de su vida, todavía se encuentran en curso y se prevé que podrían terminarse hacia el año 2025.