Sin duda uno de los lugares que más se disfrutan en primavera -verano, es la terraza.El espacio social para compartir con amigos, familia o simplemente de recreación.
Para los que viven en áreas no metropolitanas estos espacios son equivalentes a sus patios… Para los que no vivimos en una casa de pueblo,también se puede aprovechar el exterior, sus las vistas, aunque no estemos en el mediterráneo.
Hay materiales que se reinventan y continúan en el mercado. Los muebles de mimbre se han enriquecido con otras fibras, muy resistentes a los cambios de temperatura y a los agentes atmosféricos, lo que permite que tus muebles luzcan perfectos después de soportar el frío y la humedad del invierno.
Otra posibilidad es la de diseñar una Terraza Jardín con espacios de huertas orgánicas, paisajismo y/o áreas transitables, con caminos de flores y plantas.Si lo que quieres es crear un efecto exótico, coloca variedades en macetas alrededor del comedor o de la zona de estar. Cuando las riegues, tendrás una agradable sensación de frescura.
Suelo de madera pintada.
¿Te apetece algo de color en el suelo? Sustituye las tradicionales losetas de madera en tono natural por otras pintadas. Es importante que las piezas estén protegidas contra la humedad, los hongos y la putrefacción. Baldosa Recta, de Hillhout. Los revestimientos de madera son ideales para crear un espacio exterior confortable, pero exigen un cuidado anual. En su lugar, puedes instalar tarimas sintéticas, la última tendencia en este sector.
Montar una hamaca colorida.
Si tu terraza tiene dos paredes, prueba a anclar una hamaca en una esquina. Es una opción muy económica y tan resultona que te parecerá ideal para tomar el sol o echarte una siesta al fresquito. Anímate a confeccionar tú misma una hamaca. Necesitas como mínimo 2,5 m de largo de tela por 85 cm de ancho. Elije un tejido (lona o similar) resistente y transpirable. Utiliza cuerda de polipropileno antimoho. Completa el rincón con un par de mesitas en colores vivos.
Una preciosa terraza en una casita de pueblo de la isla griega de Santorini donde queda demostrado lo poco que se necesita decorativamente hablando para hacer de este espacio un lugar mágico.
Claro que en este caso la magia la pone ese mar de fondo como casi único escenario y por lo demás, un par de cómodos asientos de obra con colchonetas y cojines y una mesita con un par de sillas consiguen transformar este pequeño espacio en algo increíblemente bello y espectacular.
