El Edificio Kavanagh es una torre de departamentos situada en el n.º 1065 de la calle Florida, frente a la Plaza San Martín, en el barrio de Retiro de la ciudad de Buenos Aires.
El edificio fue construido por la empresa de Construcción del Ingeniero Rodolfo Cervini, como lo describe la placa en el frente, a la derecha del porton de entrada y sus arquitectos fueron Estudio Sánchez, Lagos y De la Torre.
Inaugurado el 3 de enero de 1936, con sus 120 m. fue en su momento el edificio de hormigón armado más alto de Sudamérica, y el primer edificio para viviendas de Buenos Aires que contó con equipo de aire acondicionado provisto por la firma estadounidense Carrier.
Las obras habían comenzado el 16 de abril de 1934, y la estructura llegó a su altura máxima muy rápidamente, el 3 de noviembre de ese mismo año. Su construcción escalonada dio lugar a terrazas jardín. Posee una forma similar a la proa de un barco, y por la orientación del edificio da lugar a la similitud de la misma apuntando hacia el Río de la Plata.
El edificio tiene 33 pisos, subsuelo y terraza, 113 departamentos, cada uno con distintas comodidades y entrada privada, 13 ascensores, 5 entradas independientes, 5 escaleras, locales en la planta baja y garajes, cualidades que lo hacían revolucionario para su época pero curiosamente el edificio no cuenta con cocheras ni portero eléctrico: cada visitante debe anunciarse en la recepción, que da aviso por teléfono al departamento correspondiente
Se cuenta que existía una rivalidad entre Corina Kavanagh (quien lo hizo construir) y Mercedes Castellanos de Anchorena, propietaria del Palacio Anchorena (actualmente Palacio San Martín), situado también frente a la Plaza San Martín, y que Corina hizo levantar el edifício para obstruirle a Mercedes ver la Basílica Santísimo Sacramento que esta había ayudado a construir. Sin embargo esta versión es falsa, pues Mercedes murió en 1920, 14 años antes de que se iniciara la obra.
También se cuenta que, en realidad, Corina había tenido un romance con uno de los jóvenes Anchorena que terminó en un matrimonio frustrado por falta de consentimiento de la familia, así habría decidido construir el rascacielos con la finalidad de ocultar la iglesia que era nada menos que el sepulcro de esa aristócratica familia. En 1934, cuando aún lo estaban construyendo, se aprovechó su frente para colocarle en su parte superior una cruz blanca de varios pisos de altura en adhesión al Congreso Eucarístico Internacional.
La Asociación Estadounidense de Ingeniería Civil lo distinguió en 1994 como hito histórico internacional de la ingeniería.
En 1999 fue declarado monumento histórico nacional, recibió además el premio municipal a “La mejor fachada”y otro a la “Casa colectiva” por reunir las mejores condiciones de distribución e higiene.
Mitos del edificio Kavanagh
*Cuenta la tradición que la aristocrática familia Anchorena vivía en el actual Palacio San Martín con más de 150 sirvientes. Hacia 1920 sus miembros decidieron construir la iglesia del Santísimo Sacramento como futuro sepulcro familiar. Quiso el destino que uno de los Anchorena se enamorara perdidamente de Corina Kavanagh, una joven de familia adinerada, aunque no patricia. El romance no tuvo la aprobación de los padres del muchacho y finalmente los novios tuvieron que separarse. Corina entonces pergeñó una particular venganza, no de sangre, pero sí estética. Ordenó levantar en San Martín y Florida un edificio cuyo único requisito fue que le impidiera a la familia Anchorena la vista a la iglesia mencionada desde su soberbio palacio. Aún hoy pesa la “maldición” arquitectónica, ya que el edificio Kavanagh sigue obstaculizando la visión del templo católico.
*A finales de 2008 el piso 14 del edificio Kavanagh, salió a la venta con un precio de US$ 5,9 millones por sus 726 metros cuadrados, o sea US$ 8.126 cada metro cuadrado. Es el único apartamento que ocupa un piso entero. Tiene vista en 360 grados, al Río de la Plata, plaza San Martín, Puerto Madero y el resto de la Ciudad. Su propietario es un noble británico. Se trata de Lord Alain Levenfiche, nacido en 1951 en París pero criado en Londres.
*Desde el único lugar que se puede ver la Basilica del santísimo Sacramento es desde el pasaje “Corina Kavanagh”…Ironico, no?
* A pesar de la cantidad de personal fijo (ninguno es tercerizado, incluso los de seguridad), las expensas son accesibles: van desde los 550 hasta los 750 pesos, según los metros cuadrados de cada departamento. Es que al ser tantos, los gastos se reparten más, explican vecinos del edificio.
* Como fue declarado Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad sus habitantes no pagan servicios municipales (Abl) a cambio, deben comprometerse a hacer todo lo necesario para conservarlo en buen estado, tanto por dentro como por fuera. Este compromiso es muy estricto: ni bien una persona se muda al edificio, debe firmar un documento en el que da su palabra de conservar el departamento tal como era originalmente. Cualquier modificación interna deberá ser puesta en consideración del consorcio, aunque es muy extraño que la apruebe. Una anécdota lo ilustra claramente: «Una señora que recién se mudaba no se tomó muy en serio esto y amplió una ventana que daba a un patio interno. El consorcio, que no había sido notificado, le hizo juicio, se lo ganó y la Justicia la obligó a volver la ventana a su estado original», contó uno de los vecinos.