Un nuevo material experimental que consiste en incorporar cápsulas con bacterias al conocido cemento o mezcla de hormigón. Conocé los detalles de este nuevo producto amigable con el medio ambiente.
Estos microorganismos que son incorporados, entran en contacto con el aire o el agua al producirse una grieta y se activan consumiendo el lactato de calcio incorporado en la envoltura biodegradable. Luego de la absorción de esta sustancia, las bacterias convierten el lactato en piedra caliza, la cual sella la grieta. El responsable del Instituto de Materiales y Suelos (IMS) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, el Ingeniero Sergio Yazzar, se interiorizó en el tema mediante colegas de la Universidad Politécnica de Valencia y se sumó al grupo de universidades internacionales que estudiarán las aplicaciones del hormigón que se regenera a sí mismo.
Yazzar explicó: “Es un tema muy nuevo, donde el profesor Jonkers (Países bajos) está siendo punta de lanza. Al interiorizarme sobre los nuevos estudios, me invitaron desde el IMS a formar parte de esta comunidad internacional de casas de altos estudios que se dividirán las tareas para estudiar los resultados de este cemento experimental”.
El profesional vaticinó que el tema del nuevo concreto es prometedor pero en realidad todavía no puede conocerse con certeza su eficacia. “Hay que ser muy prudente en este tipo de temas. Este hormigón está originalmente pensado para remediar fisuras de humedad y demás. No sé que tipo de efectividad tenga para solucionar grietas provenientes de movimientos sísmicos para estructuras mineras o civiles localizadas en alta cordillera. Es muy temprano para hacer conjeturas porque hay que profundizar los estudios. Tampoco sabemos que costo tendrá la incorporación de estas bacterias. Es una visión que hago a priori, luego de analizar por encima, puede darse que luego por innumerables variables se demuestre lo contrario”, explicó el profesional universitario.
Según informó el profesor Jonkers a la cadena de noticias CNN, el “biconcreto” se adapta al tamaño de la grieta e impide que exista una mayor filtración, además de reforzar el fragmento de la estructura para evitar posibles colapsos, todo de modo “ecológico y económico”. La incorporación de organismos vivos para aplicaciones totalmente nuevas (en este caso en la construcción) está abriendo el campo para descubrir en cuántos entornos más pueden ser usados los recursos de la naturaleza en beneficio de la población.
Fuente: La Calera