diseñoUna mesa escritorio y una silla adaptación de un modelo de los años setenta, ambas diseñadas por Sergio González, participan en dos exposiciones en Italia.

Sergio González Alonso (Avilés, 15 de enero de 1988) se graduó recientemente en Diseño de Producto en el Instituto Europeo de Diseño de Madrid y algunas de sus originales propuestas ya han viajado o están a punto de hacerlo a Italia. Hace unos meses, su proyecto fin de carrera -una silla- fue elegido para formar parte de una exposición en Milán y ahora una mesa suya se expondrá en Roma. «La silla fue un proyecto que presenté con otro compañero, Joaquín García de Toledo. Se trata de una adaptación de una silla típica de los diseños nórdicos de los años setenta del siglo pasado. Se expuso en Milán en un pabellón en el que participaron escuelas de diseño de toda Europa», señala.

La silla tiene, tras la intervención de Sergio González y Joaquín García, tiene la forma de un galán de noche pero adaptado a las necesidades actuales. «La silla sirve para varios usos, tiene una tapa con un ‘ladrón’ para cargar el móvil. La estructura es de metal y el resto está fabricado en madera y corcho. Es una actualización de la silla tradicional», explica Sergio González.

La mesa que se expondrá en Roma es un escritorio pensado por diseñadores para diseñadores. «La idea era diseñar un escritorio que se adaptase a todas las necesidades del diseño. Cuenta con un sistema propio para regular la altura e inclinación de la tabla central con el fin de adaptarse a situaciones dispares como «sketching» o diseño por ordenador. El enchufe, los cajones y una papelera completan el conjunto. El diseño ha sido pensado para que una vez recogida toda la parte superior quede al mismo nivel, dotando al escritorio de una simpleza visual que completa el lacado en negro y los mecanismos de latón», relata Sergio González.

El creador de ambas piezas, nacido en Avilés y residente en Salinas, sostiene que «el diseño no es únicamente la manera de plasmar ideas y de crear elementos estéticos, es también la forma de solucionar problemas y lograr que las personas tengan menos incomodidades en su día a día». «Me gusta inspirarme en la cotidianidad, las carencias y las debilidades que veo en todo lo que me rodea. Disfruto trabajando tanto en equipo como sólo; en ambos casos aprendo mucho ya que cada compañero me muestra puntos diferentes a los míos y eso me ayuda a crecer como persona y como profesional. Sin embargo, creo vital el poder trabajar sólo y concentrarme en mis cosas con el fin de conocerme mejor, saber manejar mis habilidades y enfocarme en fortalecer mis debilidades», concluye.

Fuente: La Nueva España