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Ubicado en Constitución, el primer edificio sustentable de Buenos Aires cuenta con 13 pisos y es una obra del artista plástico Rogelio Polesello. Ahorra energía y agua, no contamina y en su interior tiene el aire más puro que se puede conseguir en una ciudad.

El Altman Eco-office ahora un 28% de energía debido a la instalación de paneles solares que alimentan la red y a los vidrios herméticos de las ventanas.

“Un edificio sustentable tiene tres objetivos: ahorrar el máximo de energía y cuidar el agua, que son bienes escasos, y cuidar la calidad del aire que respira la gente que pasa allí dentro entre ocho y diez horas trabajando”, le expresó Moises Altman, ingeniero a cargo de la obra, a Télam.

Por su parte, su hija, también arquitecta que participó del proyecto, Liliana Altman, explicó que “las ventanas están hechas con vidrios herméticos que evitan que el interior del edificio se caliente en verano y conservan el calor en invierno”. Además de aislar los ruidos, los vidrios tienen “eficiencia lumínica y energética”, contribuyendo al ahorro de energía.

También se utiliza un 50% menos de agua, ya que se recoge el agua de lluvia en tanques para su reutilización.

En cuanto al aire, Moises aseguró que “el que se respira en este edificio es el más puro que se puede conseguir en una ciudad”. Esto se logra con una toma de aire a 50 metros de altura y con filtros ubicados en esa toma y en cada lugar hacia el que se direcciona el aire que luego circulará en el interior. A esto se le suma “un sistema de extracción del aire viciado”.

Por otra parte, esta torre no contamina, ya que las plantas autóctonas -que no necesitan más riego que el de la lluvia y están presentes en las terrazas y retiros- absorben las emisiones de carbono.

“Los edificios, con su normal funcionamiento, producen anhídrido carbónico, lo que se trata es de llevar a cero esa polución, por eso en la terraza y en todos los espacios exteriores donde se puede” hay plantas autóctonas que absorben los contaminantes, explicó el ingeniero.

Además, los motores de los equipos de aire acondicionado tampoco contaminan, ya que “filtran el aire de adentro hacia afuera y viceversa”, agregó Liliana. En la terraza también hay un termotanque solar que abastece de agua caliente a todos los baños y cocinas.

“Un edificio tiene que ser útil y confortable para los que viven y trabajan en él, además de que una vez construido pasa a formar parte del paisaje urbano, por centenares de años quizás, por eso tiene que tener un impacto visual agradable”, dijo Moises.

Por esta razón, pidieron al artista argentino Rogelio Polesello, conocido por sus trabajos abstractos y geométricos, que diseñara una obra que abarque las dos fachadas, sobre las calles Lima y Humberto 1°. El resultado fue una serigrafía de seis metros de ancho y 40 de alto.

Fuente: Télam