El Gobierno de Brasil declaró patrimonio público a 27 obras del fallecido arquitecto Oscar Niemeyer, creador de las principales edificaciones públicas de Brasilia, y quien también fue considerado como uno de los padres de la arquitectura moderna.

Varias de las obras habían sido declaradas patrimonio o de importancia artística y arquitectónica en Brasil de forma individual, pero no habían sido vistas como un conjunto.

Entre las obras se encuentran el Palacio de Planalto (sede del Gobierno), el Palacio de la Alvorada (residencia presidencial), el Palacio de Itamaraty (sede de la Cancillería), el Palacio de la Justicia (sede de la Corte Suprema) y el Congreso Nacional.

También se destacan en Brasilia el Museo de la Ciudad, el Panteón de la Libertad, el Teatro Nacional, el Memoriak JK, el Memorial de los Pueblos Indígenas y el Cuartel General del Ejército.

En cuanto a Río de Janeiro, se encuentran la Casa de las Canoas, el Sambódromo Marqués de Sapucaí y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Niteroi.

Esto permite que las obras no puedan ser sometidas a modificaciones o reformas sin la autorización del Instituto de Patrimonio Histórico y Arquitectónico Nacional (Iphan), convirtiendo al Estado en cuidador del patrimonio.

La propia Brasilia, en donde está la mayoría de las obras de este convicto comunista y ateo, fue declarada por la Unesco como Patrimonio Universal de la Humanidad.

Niemeyer vivió 105 años y realizó alrededor de 200 proyectos arquitectónicos en Brasil y en el exterior. Su estilo se caracterizó por las curvas en hormigón armado.

 

Fuente: La Estrella