Con paneles fotovoltaicos, climatización de los espacios mediante el uso de la energía térmica, luminoductos, reciclado de aguas grises, entre otros, se proyecta en Mendoza el primer edificio escolar eco amigable de la provincia. Se comenzará a construir en enero y albergará el nivel inicial de la escuela Tomás Alva Edison.
Se trata de un inmueble inteligente, que además de estar centrado en el cuidado del medio ambiente, incorpora el concepto de la flexibilidad y adaptabilidad de los espacios. La idea es que los pequeños puedan comenzar el ciclo lectivo 2019 en la nueva construcción, ubicada en 25 de Mayo y México de Guaymallén.
“Nosotros alquilamos y hace tiempo veníamos viendo la posibilidad de comprar un terreno y armar la propuesta del edificio que habíamos soñado”, relató Graciela Bertancud, presidenta de la Fundación Tomás Alva Edison.
Tal como comentó, gracias a Cuyo Aval lograron una garantía para obtener un crédito, con lo que compraron el terreno y proyectaron el nivel inicial.
“Empezamos a trabajar con padres y alumnos sobre las necesidades de la escuela del futuro y estuvimos viendo lineamientos de Rosan Bosch, quien ha hecho toda la transformación educativa de Finlandia”, recordó. Con una propuesta en mente se contactaron con el arquitecto Miguel Liendo quien concretó el diseño arquitectónico.
“Los alumnos van a vivenciar estar en un edificio confortable sin gastar energía, además vamos a trabajar con recupero de agua, entre otros”, adelantó Bertancud. El objetivo primordial es que al conocer este tipo de herramientas eco amigables puedan utilizarlas cuando crezcan. “Además a largo plazo nos va a permitir un gran ahorro y la posibilidad de usar el dinero en otras cosas”, añadió la presidenta de la fundación.
Esta primera etapa de la construcción tiene entre 400 y 600 metros y prevé reacondicionar un galpón que se encuentra en el lugar. Pero además en una segunda etapa está proyectado alcanzar los 7.000 metros para albergar la primaria de la escuela.
“Es tan contundente la propuesta educativa que proponen que inspira cada decisión que tomamos”, aseguró. Para él, el desafío más grande es ponerse a la altura de la propuesta educativa con una concepción edilicia que rompa los moldes y responda con utilidad del proceso educativo. “
En la práctica significó romper el concepto de aula como un espacio cerrado y pasar a considerarla como parte de un todo en donde se realizan actividades múltiples”, precisó.
En cuanto al concepto de eco amigable precisó que se trabajó en distintos sentidos: “Utiliza energía alternativa, pinturas ecológicas, tratamiento de aguas grises para baños, cero jardinería, reciclado de la estructura existente, entre otras”, enumeró.
Por su parte Maximiliano Constantini, ingeniero y director de la obra informó que en Argentina no hay ningún edificio que reúna todas estas características ambientales que ellos plantean.
“En ese sentido tenemos un desafío económico: lograr todo esto sin gastar más dinero que en un edificio estándar”, recalcó. Para el profesional lo fundamental de la propuesta es que los alumnos sepan que se pueden vivir en un edificio eco sustentable. “La idea es que ellos puedan ser motores de cambio en la Mendoza de los próximo años”, cerró.
Fuente: Los Andes