Luego del anuncio del cierre de la planta, partido de Benito Juárez, la cementera Loma Negra firmó un acuerdo con la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) y el gobierno bonaerense por el cual la fábrica continuará abierta.

El convenio llega tras 90 días de negociaciones entre las partes en torno al destino de la planta. El sindicato buscaba preservar la planta operando sin cambios y la empresa quería reducir los turnos a la mitad, y que si eso no sucedía, cerrarla.

La planta se dedica a la molienda, embolsado y despacho de cemento, y como resultado de una baja en la demanda y de las inversiones que realizó la empresa en nuevas máquinas, se generó una sobreproducción.

Las partes lograron un consenso en una tercera instancia de conciliación (hubo dos conciliaciones obligatorias una nacional y otra provincial), en donde se definió que la planta continuará operando con una dotación total de 160 personas (propias y contratadas).

El ministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas, explicó a través de un comunicado: «Frente a estas situaciones y a la problemática del empleo debe quedar claro que no somos gestores de cierre prolijos. No negamos la realidad, sino que tratamos de transformarla y, en casos particulares como este, trabajamos para preservar todos los puestos de trabajo que sean posible y generar previsibilidad en las comunidades que se ven afectadas».

El esquema de trabajo del personal en la planta será de dos semanas por mes en forma alternada para cada empleado, en el cual cada uno cobrará durante los primeros ocho meses un 70% de su salario y desde el noveno mes un 65%. Además recibirán una indemnización por la reducción de su carga de trabajo.

Entre los empleados hay nueve que saldrán de la compañía y recibirán una indemnización de entre el 150% y el 180% de lo que marca la ley, de acuerdo con su antigüedad.

El CEO de Loma Negra, Sergio Faifman, señaló que están satisfechos por el acuerdo. «Una vez más, hemos hecho esfuerzos importantes para minimizar el impacto de una medida como esta, porque sabemos de la responsabilidad que tenemos como una de las empresas más importantes y con mayor conciencia de su responsabilidad social de Argentina», dijo en un comunicado emitido por la empresa.

La compañía tiene además ocho plantas, cinco en Buenos Aires (Olavarría, Lamali, Sierras Bayas, Lomaser y Ramallo) y otras tres repartidas en Catamarca, San Juan y Neuquén.

La caída en la obra pública y en la construcción hicieron caer la demanda de cemento. El último dato de abril que publica el Indec muestra que el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) exhibe una caída de 7,5% interanual.

Fuente: La Nación