La empresa internacional Interface, diseñadora y fabricadora de alfombras modulares, presentó Urban Retreat, primera colección de productos difundida a nivel mundial. La nueva línea de alfombras está realizada en un 81% de su superficie de material reciclado (redes de pesca en desuso y fibras de alfombras recuperadas). Uno de los directivos afirma que desean “contribuir a cambiar la forma como la gente ve el planeta y lo vive”.

“Por primera vez, lanzamos mundialmente una línea de alfombras para que sea de fácil acceso a todo el mundo”, aseguró Reinaldo Schwarz, coordinador de Marketing de Interface en América Latina. Urban Retreat es la nueva colección de alfombras modulares. Se trata de cuadrados de alfombra de 50×50 cm de fácil aplicación y posterior modificación en un mismo espacio. Según Schwarz, el concepto modular facilita el traslado del producto y lo torna más eficiente, pues disminuye las emisiones de carbono durante su transporte. Además, se presenta en una versión rectangular de 1mx25cm -tamaño tipo tabla- para facilitar la colocación en espacios heterogéneos y evitar los cortes.

La nueva línea de alfombras está realizada en un 81% de su superficie de material reciclado (redes de pesca en desuso y fibras de alfombras recuperadas). “Empezamos con un 10% y buscamos llegar al 100%”, aseguró Schwarz. De esta forma, el producto final es 100% reciclado, con una garantía de 15 años.

El diseño de las alfombras remite visualmente a la naturaleza misma. Ello es posible gracias al concepto de biomímesis o biomimética que Interface incorporó en su producción en el año 2000. Consiste en observar cómo la naturaleza soluciona los problemas, para inspirarse en ella y así desarrollar soluciones estéticas o técnicas. A través de esta estrategia, las alfombras Urban Retreat se presentan en una gama de verdes –que remite al musgo o césped-, otra de marrones –en referencia a los troncos de las distintas especies de árboles y a la tierra- y una de grises –vinculada con la contextura y superficie de piedras-.

“Con el concepto de biofilia logramos evolucionar la manera de ver la biomímesis pues nos dimos cuenta que el ser humano se potencializa cuando está frente a ambientes naturales. Por eso, buscamos traer la naturaleza al interior”, explicó Schwarz. Los modulares que combinan un color de una gama con el de otra resultan atractivos a la hora de poder integrar dos tonalidades diferentes en un mismo espacio. Cabe destacar que el color es incorporado en la fibra, separando la materia prima por tonalidad desde el origen y evitando así el uso de pigmentaciones tóxicas.

Su sistema de instalación no sólo es sencillo sino que también contribuye al cuidado del planeta. Se trata de un método sin pegamento, llamado TacTiles, en el que cada módulo se adhiere entre sí pero no hay contacto adhesivo con el piso. El propio peso de la alfombra hace que los módulos no se muevan y, al mismo tiempo, sean fáciles de sacar cuando se lo desee, sin dejar rastro en el suelo. El sistema TacTiles genera menor impacto ambiental que los adhesivos tradicionales utilizados.

“Queremos contribuir a cambiar la forma como la gente ve el planeta y lo vive. Por lo que todos aquellos que quieran incorporarse a la filosofía de la sustentabilidad son bienvenidos”, destacó Schwarz.

El alto grado de innovación y tecnología incorporada en las alfombras Urban Retreat no es un condicionante en su costo. El precio resulta igualmente competitivo para el consumidor frente a la oferta de alfombras tradicionales.

Para comprender por qué la nueva línea es considerada un producto sustentable, se debe tener presente la historia de Interface, pues en ella todo su proceso de producción se vio transformado en busca de diseñar y elaborar sustentablemente. “Interface no es sólo una alfombra, sino un concepto que tiene una historia detrás”, sintetizó Schwarz.

Sobre Interface

La empresa surgió en 1973 bajo el nombre de Carpets Internacional y con sólo 15 empleados. Su fundador y recientemente fallecido, Ray Anderson, la fundó porque creía en el potencial mundial de las alfombras. En 1982, la compañía adquirió el actual nombre de Interface.

“¿Cuál es la posición de la empresa con relación al medio ambiente?” fue la pregunta que le realizaron en una entrevista a Anderson en 1994 que marcó un antes y un después en la historia de Interface. No satisfecho con su respuesta, Anderson comenzó a investigar para incorporar la sustentabilidad a su empresa.

Un año más tarde, Interface comenzó a implementar ReEntry, un programa de recuperación de alfombras viejas, en desuso o de desecho. En los primeros 17 años, Interface evitó que casi 115 millones de kilogramos de alfombra se tiren a la basura. Al mismo tiempo, la empresa llevó adelante un programa de reducción de desechos, llamado Quest, que le permitió ahorrar millones en costos por los desechos evitados.

En este sentido, Schwarz sintentizó: “Todo el ciclo cerrado del producto tiene que ver con la sustentabilidad, desde el aprovechamiento de la luz natural y el ahorro de agua hasta la reutilización de desperdicios, a fin de que las alfombras sean efectivamente productos sustentables”.

En el 2000, la biomímesis se convirtió en la clave de su diseño. En todo este camino recorrido y gracias a su proceso de producción, Interface se convirtió en miembro del U.S. Green Building Council y de los Consejos de Edificación Ecológica de Australia y Canadá; obtuvo la certificación EPP (Environmentally Preferable Product) en sus productos; y fue reconocido como Reciclador del Año en 2007 por el Carpet America Recovery Effort.

Hoy, la empresa cuenta con plantas de fabricación en Australia, China, Países Bajos, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos, y presenta sus productos en 47 salones de exhibición de todo el mundo. Tiene expectativas de instalar una fábrica en América Latina, para reemplazar la reciente incendiada fábrica de Uruguay, y poder abastecer directamente al mercado regional.

 

Más información:

www.interface.com

 

Fuente:

http://sustentator.com