En cuanto a cerramientos, el aluminio tiene sus ventajas, así como las aberturas de PVC. ¿Qué es más recomendable? ¿De qué depende la elección del material? Precio, diseño y condensación son tres de los factores decisivos para evaluar en los cerramientos.
El aluminio permite una amplia variedad de colores, diseños y texturas, mientras el PVC es básico: símil madera o blanco y herrajes multipunto.
Las aberturas de PVC son una excelente opción, especialmente, en zonas de fríos intensos y alta salinidad.
Aunque básicas, las aberturas de PVC se acomodan perfectamente a los diseños minimalistas. Las ventanas de doble hoja pueden protegerse con cortinas de enrollar del mismo material PVC. La combinación de materiales puede ser una estrategia en el diseño.
Las aberturas de aluminio son en la actualidad una de las más difundidas. Sin embargo, ¿porqué no una de PVC? Con respecto a las de aluminio, ofrecen mejor aislación térmica y acústica, más resistencia en el tiempo, evitan la condensación, son compatibles con el doble vidriado hermético, ofrecen una excelente estanqueidad al agua, baja permeabilidad al aire y lo mejor, el mantenimiento es sencillo. Los especialistas aseguran que perduran unos 50 años.
Las diferencias residen básicamente en precio y diseño.
Los puntos críticos en una abertura son la barrera térmica, la corrosión, la condensación y el diseño. Salvo en éste último, el resto de las condiciones son positivas en el PVC. La barrera térmica es natural, en el aluminio se usa la ruptura del puente térmico. Los perfiles de PVC se diseñan con cámaras de aire que impiden el contacto con el frío/calor del exterior. Las de aluminio también las tienen (a las cámaras de aire) pero el material es conducto de calor/frío por lo que no permite su óptimo funcionamiento.
En el aluminio las uniones se hacen mecánicamente y la presión de los tornillos aumenta el riesgo de corrosión. En el PVC las uniones se sueldan, eso explica su hermeticidad.
La condensación es otro punto débil de las de aluminio, y fuerte en las de PVC.
El diseño y el costo son sin dudas donde el aluminio gana la pulseada. Los precios del PVC, de una ventana corrediza de dos hojas (1.20 x 1.20), con herraje, DVH (4mm) y tapajunta perimetral interno ronda los $2.700 (color blanco) y $3.200 (símil madera), una puerta de 1.70 x 3 unos $6.700 (en blanco) y $8.400 (símil madera) y un paño fijo 2×2 casi $4.000 (en blanco) y $4.500 (símil madera). Mientras que las de aluminio cuestan entre un 20% a 30% menos.
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