Las rotondas constituyen un elemento vial cuya función principal es dar fluidez al tráfico y aumentar la seguridad de conductores y peatones, pero en muchos casos han sabido acondicionarse de forma que sus prestaciones aumentaran.

La primera rotonda que existió es la Place de l´Etoil de Paris, creada en 1907; le siguieron en 1965 los “roundabouts” en Inglaterra. Veinte años más tarde entró ese elemento viario en Suiza (la información proviene de Der Gartenbau, 23/2009) y en España la proliferación de rotondas data de unos 10 años.

En algunas, no muchas, han podido hacer de ellas espacios utilizables por el ciudadano, pero si eso no ha sido posible, sí son numerosas las que tienen decoraciones, en las que el elemento vegetal es protagonista, muy logradas. Entre las que quien escribe tiene “a mano”, a destacar, sin ningún lugar a dudas, las de Reus y las de Vila-Seca, dos localidades de la provincia de Tarragona que cuentan con departamentos de jardinería urbana de excepción.

La situación que viven los viveros de España, con un exceso de oferta dado por el parón de la construcción, está permitiendo además disfrutar de rotondas con especies que por su coste habitual no eran frecuentes. Aunque, desde luego, no es el valor monetario de una planta lo que determina la calidad visual de un espacio, rotonda o no; hay numerosísimos ejemplos de espacios en que se utilizaron materiales y especies económicos con resultados finales muy buenos.

Othmar Gut, el autor de la nota en la revista suiza mencionada, menciona tres páginas web de su país dedicadas al tema de las rotondas en que pueden encontrarse numerosas fotografías de este elemento urbanístico (en estos casos el elemento vegetal no suele ser lo predominante, más bien lo es el componente escultural)

http://www.ilgdesign.ch/verkehrskreisel

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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