Alejandro Bustillo es uno de los arquitectos más importantes de la Argentina, cuyas obras se materializaron con la fuerza del diseño, buen gusto y excelencia, dejando así un sello indiscutido en cada creación.
Artista eminente; también escultor, pintor  y un profundo pensador de la filosofía y de la historia del arte. Esta amalgama de dones le valió premios nacionales e internacionales por sus pinturas, y un reconocimiento por sus construcciones.
Se lo define como un auténtico humanista, fiel a los principios que le enseñaron sus maestros, pero asimismo moderno y contemporáneo. Su primera vocación fue la pintura, pero como tuvo 10 hijos, dejó el arte para dedicarse de lleno a la arquitectura.
Entre las más destacadas obras de arquitectura, se mencionan la sede central del Banco de la Nación Argentina, el Casino y la ornamentación de la Playa Bristol en Mar del Plata, la sede inmobiliaria Franco – Argentina en París y la residencia del Barón Be-Ker-Remy en Bruselas.
Nació en 1889 en el seno de una familia aristocrática. Se educó en el Politécnico Superior y luego en la Escuela de Arquitectura, que entonces dependía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas  y Naturales de la UBA.

Prontamente comenzó a construir casas y cascos de estancias. Fue en el campo donde implementó un sentido pintoresquita y pictórico, jugando con las formas y los materiales de la zona. En el diseño de las residencias rurales siguió el concepto de su maestro Alejandro Cristophersen –quien consideraba que los grandes estilos eran para la ciudad y que lo rústico era apropiado para el campo.
Sus primeras obras reflejaban claramente su condición de aristócrata, puesto que se desenvolvía entre los hombres de su clase y de su generación. Pero con los años Bustillo fue simplificando sus recursos a medida que cambiaba la realidad del país. Sus obras condicen con el tenor social y político de cada época, por lo que estuvieron siempre contextualizadas con la realidad del país.
Los primeros edificios que construyó en Buenos Aires, la mayoría petites hotels y casas de renta, adaptan los conceptos compositivos del estilo beaux artes, lenguaje que con los años fue depurando hasta llegar a una arquitectura más austera, pero monumental. De entonces datan sus mayores obras como el Banco Nación, el edificio Volta y el Hotel Provincial de Mar del Plata.
Además de ejecutar maravillosas obras, escribió varios libros y artículos sobre arquitectura, estética y filosofía, éstos últimos publicados en el diario La Nación. Asimismo, fue socio activo de la Asociación Mundial de escritores y editores, el Pen Club International.
Alejandro Bustillo fallece en Buenos Aires el 3 de noviembre de 1982, a los 93 años de edad, luego de haber realizado más de 250 proyectos.
A continuación se describirán algunas de sus principales obras de arquitectura, que dieron identidad a vastos sectores de la República Argentina, en especial las que se erigieron en San Carlos de Bariloche.

Banco Nación y Hotel Provincial

El Banco Nación, considerado por Bustillo como su obra máxima, fue proyectado en 1937. La planificó tan obsesivamente que hasta mandó a hacer una maqueta de yeso, que hoy se conserva en el museo del Banco. Se basó en los cánones compositivos de la arquitectura griega. En 1944 se inaugura. 15 años después del comienzo de las obras, en 1955, queda completado el edificio.
El Hotel Provincial de Mar del Plata constituye un proyecto encargado durante la gestión de su hermano José María en el Ministerio de Obras Públicas. Éste consistía en ejecutar la nueva Rambla de Mar del Plata, y luego la urbanización de la Playa Bristol y la construcción del Hotel Provincial, obras éstas que demandaron diez años. El resultado fue una combinación de los órdenes clásicos reinterpretados según el ambiente de playa y con claras alusiones a los balnearios de la belle époque. El edificio del Hotel Provincial fue finalizado en 1946. En 1950 se creó una normativa para que los nuevos edificios vecinos mantuvieran la impronta bustilliana, con sus recovas de arcos rebajados, muros de ladrillo y piedra, entre otras especificaciones.
Hotel Llao Llao

Cuando su hermano, el Dr. Exequiel Bustillo, asume la presidencia de la Dirección de Parques Nacionales, encaró de inmediato un proyecto que consistía en fomentar el turismo, todo ello en el marco de una iniciativa por afirmar la soberanía nacional que ya se venía dando en esta zona de la Patagonia.
Junto con la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi, se tomó la decisión de edificar un hotel internacional, con el fin de aprovechar todo el potencial turístico que esta zona del sur de Argentina poseía y de dar origen a poblaciones.
Entre 1934 y 1944, durante la gestión de su hermano, Alejandro realizó una serie de obras importantes a lo largo y ancho del Parque Nacional.
Mediante un concurso de proyectos se eligió al encargado de la construcción del hotel: el arquitecto Alejandro Bustillo. Como era hermano del presidente de Parques, con el fin de dar legalidad y transparencia al concurso, no percibió retribución económica alguna. El anteproyecto que presentó Bustillo postulaba el estilo arquitectónico que más se adecuaba a las características de la región.
Él mismo seleccionó la zona de Puerto Pañuelo para la construcción del hotel, porque contaba con la disposición natural, estructural y funcional perfecta: una belleza natural asombrosa, una colina amplia entre lagos y montañas con un terreno ideal para construir una cancha de golf, y un puerto.
El resultado de tamaña proeza fue una magnífica estructura de estilo canadiense, con troncos de ciprés y techo de tejas de alerce, dispuestos para ser sede de una vista panorámica excepcional, a través de balcones, terrazas y ventanas. El inmenso chalet pensado en torno de una planta en forma de H, logró una absoluta integración con la geometría del paisaje.
En tanto, el contexto urbanístico tenía que acompañar semejante empresa. Hubo que dotar a la población de Bariloche de agua corriente y cloacas. En 1938 se pavimentaron las primeras 12 cuadras del ejido urbano. Se ejecutó en más dos años la construcción del Centro Cívico de la ciudad, la edificación y urbanización de la costa del lago hasta Llao Llao. El plan progresista incluía oficinas para correos, telégrafos, farmacia, sucursal del Banco Nación y cancha de golf en las cercanías.
El 8 de enero de 1938 se inauguró oficialmente el Hotel Llao Llao de San Carlos de Bariloche. El 26 de octubre de 1939 un voraz incendio lo destruyó completamente. El 15 de diciembre de 1940, el Hotel Llao Llao fue nuevamente inaugurado; la reconstrucción se inició inmediatamente, con materiales más resistentes al fuego, cambiando parte de la madera de los exteriores por cemento y utilizando tejas normandas.

Catedral de Bariloche

Alejandro Bustillo ofreció un proyecto gratuitamente para lograr la construcción de la Catedral de Bariloche. Con un estilo visualmente particular, orientado según bases neogóticas con reminiscencias francesas, con muros de piedra y techos negros, se elevaron 69 metros de impecable obra.
El edificio tiene forma de cruz latina. Su cabecera está orientada hacia el Este, de modo que el sol ilumina la Catedral desde el comienzo del día. En tanto, se logra esfumar las diversas variaciones fe la luz, al pasar por los vitrales.
Para concretar este proyecto, Bustillo formaba parte de un equipo de 20 urbanistas, coordinados por su hermano Exequiel, presidente de Parques Nacionales. De todos ellos, sólo 6 conocían el oficio acabadamente, el resto eran aprendices.
Para la adquisición de los vitrales de la Catedral, Exequiel Bustillo se convirtió en el ideólogo responsable de conseguir los fondos para su adquisición. Cuando finalmente estuvo el dinero para hacerlos, se los encargó a un francés llamado Enrique Thomas, residente en Buenos Aires, poseedor del arte preciosista del vitral.
Para determinar los motivos de los vitrales, Exequiel se comunicó con monseñor Essandi, sugiriéndole mesuradamente la posibilidad de vincular las imágenes con semblanzas regionales. Monseñor Essandi aprobó con entusiasmo, y en el taller de Enrique Thomas se comenzó a diseñar una imagen de Nuestra Señor del Nahuel Huapi, patrona del templo, e imágenes vernáculas.
En los vitrales se encuentran representados, además, los aborígenes, el padre jesuita Nicolás Mascardi, fray Francisco Menéndez, el general Julio A. Roca, Ceferino Namuncurá, el primer cura de Bariloche padre Milanesio, y hasta los arquitectos del templo: Alejandro Bustillo representado como san Rafael y Miguel Ángel Césari, como san Miguel Arcángel.

Capilla San Eduardo

En el kilómetro 25 de la Avenida Bustillo, se encuentra una de las obras más relevantes de Bustillo: La Capilla San Eduardo. Está realizada bajo la concepción de un estilo pintoresquita con caracteres neogóticos.
Fue construida en el año 1938 en terrenos de Parques Nacionales. Se trata de una obra levantada en mampostería revestida con un basamento de piedra y troncos de ciprés que rodean la planta rectangular, con cubierta de tejuela de madera a dos aguas y torre con aguja.
Se destaca por su valor artístico y paisajístico, dotada de reproducciones de los vitrales realizadas por los artistas plásticos Forte y Vázquez Málaga.
La capilla se alza sobre una colina, logrando una imponente y armónica relación con el entorno. Desde allí la vista es asombrosa, pudiendo observarse especialmente el Hotel Llao Llao.

Entre otros aportes de Bustillo a la arquitectura de la región se destaca la creación de una normativa para la aprobación de planos, de manera de obtener un estilo definido en la zona, privilegiando técnicas artesanales.
Entre otros edificios que dejó en pie, se destacan la hostería Isla Victoria, el Centro Cívico de Bariloche y la residencia El Messidor, inspirada en un castillo del sur de Francia.

Fuente:

Revista Arquitectura Andina, Edición N° 4 – Compilación de la Secretaría de Turismo de S. C. de Bariloche