Richard Meier, arquitecto nacido en Newark, Nueva Jersey, en 1934, es uno de los últimos modernistas en actividad. Ha configurado la arquitectura a gran escala que identifica a varias ciudades. Actualmente tiene dos proyectos en México para la cadena Starwood: la Liberty Plaza en Santa Fe y el W Retreat Kanai en la Rivera Maya.

Recibió su formación en la Universidad de Cornell y trabajó en el estudio de Marcel Breuer entre los años 1960 y 1963, antes de establecerse por cuenta propia. Comenzó a trabajar en pequeños proyectos, construyendo numerosas casas, a lo que fue sumando proyectos de mayor envergadura, edificios de oficinas, museos y complejos residenciales, desarrollando plantas cada vez más complicadas, con un traslado de ejes que ha llegado a considerarse como típico de gran parte de la arquitectura contemporánea. En 1964 inicia su actividad pedagógica en la Cooper Union, en la que permanecerá durante muchos años. En 1979 gana el Concurso para el Museo de Artes Decorativas en Frankfurt, y así inicia su periplo europeo. Obtiene el Premio Pritzker de arquitectura en 1984, que es el reconocimiento internacional de más prestigio en el campo arquitectónico, y en ese mismo año el encargo del proyecto del Centro Getty, en 1988 le otorgan la Royal Gold Medal. En el curso de diversos años ha sido premiado por el American Institute of Architects 12 veces con el National Honor Award y con el Nueva York City Design Award fue distinguido en 31 oportunidades. Algunas de sus obras principales, The Atheneum New Harmony en Indiana, el Museum für Kunsthandwerk, Frankfurt en Alemania, el High Museum of Art, Atlanta en Georgia, la sede central del Canal Plus, París en Francia y el Getty Center, Los Angeles, en California, el que confirmó su reputación como uno de los arquitectos más brillantes de su generación.

Pero hay algo que Meier hizo que no hizo ninguno de los otros artistas: diseñar la galería.

Hoy sigue siendo el más joven receptor del premio. No oye música mientras trabaja y cuando lo hace prefiere la clásica y a los compositores con ‘B’: de Bach a Bernstein, pasando por Beethoven, Bartok y Brahms.

No comparte la política internacional de su país y asegura que “muchos de nosotros no estamos contentos con donde nos han llevado. Vivimos en una democracia en la que no parece que tengamos voz”.

-¿Cuál es tu proceso de diseño para iniciar un nuevo proyecto? **

Varía, pero normalmente tratamos de entender el terreno, el sitio, el presupuesto del cliente y sus necesidades, y revisamos cuidadosamente las posibles soluciones, por lo que al principio hacemos muchas maquetas de estudio.

-¿Cómo involucras la cultura mexicana en el proyecto? ¿En qué consiste que sea un proyecto en México en vez de en cualquier otra parte del mundo?

Bueno, creo que el sol es muy intenso en México, estamos muy conscientes de que debemos mantener la eficiencia energética. La iluminación natural del edificio es maravillosa, pero al mismo tiempo, el sol no sobrepasa los espacios interiores y ésa es una consideración importante.

-¿Cómo consideras que han evolucionado tu trabajo y pensamiento con el paso de los años?

Cuando volteo a ver tantos proyectos que hemos hecho, me siento muy orgulloso, pienso que han contribuido a la arquitectura. Todos son muy diferentes, pero siempre me siento bien de regresar y visitarlos.

-¿Por qué el blanco?

Creo que el blanco es la expresión más pura de la arquitectura hecha por el hombre. Al menos en términos de mis edificios, busco una abstracción que claramente diferencie la creación humana de la naturaleza, y el blanco se vuelve un fondo para el color y el medio perfecto para intensificar nuestra percepción del mismo. El blanco es también una expresión de ligereza en una estructura.

** Entrevista publicada en Revista Código.

Más información:

www.richardmeier.com