Es romántico, pero también alegre y delicado. Así es el estilo Shabby Chic, caracterizado por la fuerte presencia del blanco y de los estampados florales. Lograr decorar un ambiente siguiendo estos conceptos es fácil, solo hay que incorporar muebles onda vintage y añadir telas muy femeninas en las cortinas, almohadones, papeles y ropa de cama.
El Shabby Chic es una vuelta a las grandes casas de campo de Inglaterra, por lo que se vale de muebles de estilo clásico, reinterpretados en colores claros. Así, toda la línea de mobiliario Luis XV es una de las que más se usa para ambientar.
El efecto desgastado en muebles y otros elementos decorativos le regala a los interiores una vista interesante. Dicho paso del tiempo es posible simularlo mediante pinturas descascaradas y mobiliarios casuales que parezcan tener historia. Para recrear la mirada nostálgica o darle un toque vintage a los muebles, al pintarlos lo mejor es hacerlo en tonos claros, y luego usar papel de lija, cadena o pequeños martillos para quitar pedazos de pintura.
La paleta de colores pastel y el blanco es la que más caracteriza al estilo Shabby Chic, aportando la esencia romántica de este look. Así, los accesorios deben seguir esta línea y, por ejemplo, los almohadones pueden tener encaje, distintas capas de tonos suaves, motivos florales en trabajos de patch work y más.
Para la iluminación, bien vale atreverse a utilizar efectos pintorescos, como velas de colores pasteles, lámparas adornadas con cristales y caireles, y pantallas ultra suaves, con volados y telas muy femeninas.
Lo interesante, que en la actualidad la valoración de lo antiguo de este estilo no se contrapone con la modernidad, por lo que luminarias con dimmer o tener electrodomésticos en la habitación (plasma, iPod, tablets, notebooks) conjugan perfectamente. Los más exigentes podrán incluso personalizarlos con dibujos autoadhesivos.
Claves para un estilo Shabby Chic
El color aparece pero siempre en tonos pálidos: rosa, beis, gris… son solo matices que se añaden en una mezcla en la que la proporción de blanco gana la partida.
Las flores están muy presentes, tanto en ramilletes de flor seca o natural como en los estampados, molduras y cuadros. Sofás y camas se llenan de grandes almohadones, mullidos y de aspecto romántico. La porcelana y el cristal tallado aportan un toque delicado y distinguido en los interiores Shabby Chic.
Lámparas de araña pintadas en tonos pálidos y ajados, con pantallas de tela floreada de las que pueden colgar lágrimas o guirnaldas de cristal, con un aire decadente.
Sobre las mesas y cómodas, pequeñas lámparas regalan una luz tenue matizada con pantallas de tela. Objetos de uso cotidiano como teteras, tazas y bandejas se reinventan con este estilo, convirtiéndose en piezas que merece la pena mostrar.
Los muebles de hierro que antaño solo pisaban el jardín, entran en el interior de las casas siempre teñidos de tonos níveos.
Fuentes:
www.lacasadeheydi.blogspot.com.ar