Gran cantidad contenedores con materiales de construcción, aparentemente irrecuperables y des-hechables, fortalecen la tradicional y convencional visión consumista, de las Ciudades actuales, que nunca se termina de digerir…, o mejor dicho procesar…, o mejor aún criticar para cambiar… Porque en definitiva lo único que interesa es la moda, la innovación “tecnológica” permanente y principalmente el aumento progresivo de las ventas, inmersas en el falaz crecimiento económico sustentable pregonado mundialmente por políticos, economistas y aceptado, como progresista, por la mayor parte de la Comunidad… Es así que la Sociedad Contemporánea se vanagloria de consumir “alta tecnología” sin asumir siquiera, desde la mayor parte de sus núcleos profesionales, su escasa o muchas veces, nula lógica técnica.
En este sentido y particularmente para el profesional de la construcción, hay un generalizado desconcierto entre lo que implica ser moderno y consumidor compulsivo de “tecnología” o moderado y poseedor del conocimiento técnico necesario, para su crítica, aprobación, aceptación y posterior puesta en valor productivo, orientado a un consumo responsable. Esta posición entre lo moderno y moderado o entre el consumidor tecnológico y el conocedor técnico es, sin duda alguna, una de las dualidades a comprender en pos de una Arquitectura Progresista…
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Arquitecto Alejandro Añaños.