Sensible y con un sentido del humor que lo caracteriza, su arquitectura se ha inspirado en las formas de la mujer. El arquitecto brasileño Oscar Niemeyer cumplió 104 años el pasado 15 de diciembre. Para festejar decidió hacer lo que más le gusta: trabajar en su atelier de grandes ventanales frente a la playa de Copacabana. El arquitecto no cesa, y dedica sus tardes a elaborar nuevos proyectos, entre ellos el de un teatro con capacidad para recibir a 2,500 personas.

"Niemeyer odia el capitalismo y el ángulo recto. Contra el capitalismo, no es mucho lo que puede hacer. Pero contra el ángulo recto, opresor del espacio, triunfa su arquitectura libre y sensual y leve como las nubes". Eduardo Galeano

 

A pesar de su edad, el arquitecto de Brasilia continúa en activo desarrollando y asesorando proyectos arquitectónicos como el de la sede de la Universidad Latinoamericana (Unila).

En los últimos años, el arquitecto se ha recuperado de un cáncer de colon y una fractura de pelvis.

Para festejar sus 104 años, el célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer decidió hacer lo que más le gusta: trabajar en su atelier de grandes ventanales frente a la playa de Copacabana.   

“Tengo que sortear algunas limitaciones, pero aún así mantengo buena salud y un entusiasmo casi juvenil por la creación arquitectónica, eso es algo que me anima mucho”, declaró en su estudio.

Es el autor de los grandes palacios de Brasilia, ciudad que fue reconocida como patrimonio arquitectónico de la humanidad por la ONU, y  ha realizado grandes obras también en Francia, Italia y más recientemente en España.   

A pesar de que sólo puede caminar asistido o en silla de ruedas y su vista es precaria, el irreductible Niemeyer sigue intelectualmente activo.

Cuando se le pregunta cuáles son sus desafíos para el futuro, responde sin vacilar: “mantenerme lúcido y preservar mi intuición creativa para continuar con mis proyectos”.   

Nacido el 15 de diciembre de 1907 en Río, el arquitecto que diseñó la ciudad de Brasilia, concibió más de 600 proyectos arquitectónicos en todo el mundo.   

Aún dirige varios proyectos, como la renovación del Sambódromo de Río para los Juegos Olímpicos  de 2016.

Niemeyer revolucionó la arquitectura moderna con sensuales curvas inspiradas, según él, “en el cuerpo de la mujer brasileña”.   

A los 104 años, el arquitecto no cesa, y dedica sus tardes a elaborar nuevos proyectos, entre ellos el de un teatro con capacidad para recibir a 2,500 personas en el parque de Flamengo, cerca del famoso cerro "Pan de Azúcar", que es hoy el encargo que más le ilusiona.

"Se me ocurrió una solución capaz de provocar sorpresa y atraer al público: una cúpula magnífica que sería construida (…) delante del Pan de Azúcar", escribió recientemente el "poeta del hormigón armado".

Además, sigue las obras de culminación de otro proyecto suyo, el de la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Unila), que está siendo levantada en la ciudad de Foz do Iguazú, en la Triple Frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay.

"Será un espacio donde alumnos y profesores de distintas nacionalidades podrán realizar intercambios sociales significativos", expresó.

www.niemeyer.org.br