Un programa de extensión de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata ha logrado mejorar las viviendas y la calidad de vida de más de 80 familias que viven en asentamientos periféricos de dicha ciudad. El proyecto comenzó con el objetivo de delimitar las necesidades de cada barrio en conjunto con los vecinos y de facilitar la aplicación de saberes en la producción y mejora del hábitat social.
Docentes y estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP lograron mejorar las viviendas y la calidad de vida de más de 80 familias que viven en asentamientos periféricos de La Plata.
El programa de extensión denominado "Producción integral y participativo del hábitat social en asentamientos humanos periféricos de la ciudad de La Plata" surgió en 2009 y obtuvo un subsidio de la UNLP. Sus responsables explicaron que nació con la intención de fortalecer la construcción colectiva de saberes, y facilitar su aplicación en la producción del hábitat social en los barrios San Carlos, Villa Elvira, y el Mercadito.
El proyecto arrancó con talleres participativos con el objetivo de delimitar las necesidades de cada barrio en conjunto con los vecinos. A partir de esa experiencia, el equipo de la FAU comprobó que en la mayoría de los casos son las madres las que se acercan a buscar soluciones para sus viviendas y para el barrio.
Desde la Facultad de Arquitectura indicaron que el proyecto, "toma como eje central a la mujer por entenderla como principal protagonista, a través del rol de mediadora que asume en estos entornos, ya que ellas son las encargadas de los quehaceres domésticos, el mantenimiento de la vivienda, las actividades barriales, la educación de los hijos y en muchos casos también son jefas de hogar".
La metodología del trabajo se concreta a partir de talleres participativos, en donde los vecinos se expresan, cuentan sus inquietudes, sus capacidades y potencialidades, para planificar las actividades que se pueden desarrollar, con el fin de mejorar las condiciones ambientales en las que viven y tratar de encontrar una salida laboral.
El punto de partida es la observación de situaciones reales para poder diseñar posibles soluciones. Sobre esta base se realizaron talleres de electricidad, carpintería y arreglos en general, con una doble finalidad: por un lado mejorar las condiciones habitacionales del barrio y, por otro, reforzar la parte educativa.
Uno de los aspectos sobresalientes de esta iniciativa es que los cursos de capacitación se convirtieron finalmente en semillas de pequeños emprendimientos productivos.
Así, en los talleres de carpintería y electricidad se construyen muebles y lámparas, que luego son comercializados en la región.
Entre los principales logros del programa se destaca la ampliación de viviendas, el desarrollo de los talleres y la inclusión de los estudiantes de grado en la problemática de los sectores más necesitados, remarcaron en Arquitectura.
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