Progreso y soberanía – Exequiel Bustillo
Resulta prácticamente imposible presentar al Centro Cívico sin mencionar el sueño, la pasión y la inmensa obra realizada por el Dr. Exequiel Bustillo (hermano del célebre Arq. Alejandro Bustillo) el cual fuera uno de los principales pioneros de este rincón patagónico. Inspirando en los parques nacionales que surgían alrededor del mundo y tomando el modelo estadounidense, el fundador de nuestros Parques Nacionales (en el año 1934) resume claramente su pensamiento en el libro: El Despertar de Bariloche «…ante el abandono, la indiferencia oficial, la acentuada lejanía, aun así, eran tierras codiciadas…TODO allí estaba por hacerse…»
Por medio del ambicioso plan urbanístico propuesto por la administración de Parques y sin contar con el apoyo de los gobiernos Nacional y Municipal, fue que se llevaron a cabo algunos de los tantos proyectos urbanísticos destinados para promover, acercar a la «civilización» y hacer crecer esta región, donde la naturaleza virgen y la belleza de su paisaje natural maravillaban y maravillan aun hoy, a sus visitantes.
Luego de haber gestionado y conseguido la llegada del ferrocarril, medio esencial en la época para lograr el mencionado propósito y construido el primer gran «bastión» conocido como el Hotel Llao Llao (el cual toma su nombre del hongo que crece en los coihues) surge como parte del plan urbanístico, nuevamente mirando hacia la vanguardia mundial, a la altura de ciudades planificadas como Washington en Estados Unidos, Brasilia en Brasil y La Plata sin ir más lejos. Lamentablemente nunca llegó a ser materializado por completo ya que no entusiasmó al entonces presidente el general Justo, en medio de este panorama se incorpora al equipo de trabajo un joven arquitecto formado en Europa y recibido en L’Ecole de Beax Arts de París, el Arq. Ernesto Estrada quien desarrolla su primer proyecto, un conjunto de edificios públicos rodeando a una armoniosa plaza seca y rematada por un puerto, ni más ni menos que el Centro Cívico.
Centros Cívicos: Qué son? Qué representan? Cómo funcionan?
Fundamentalmente los Centros Cívicos son equipamientos socioculturales de carácter público, que surgen en respuesta al aumento de la demanda ciudadana, dotándolos de la infraestructura y el equipamiento necesarios para fomentar el tejido asociativo y participativo. En él tienen su espacio representativo todos los grupos, entidades y ciudadanos del entorno.
Los Centros Cívicos no responden a un modelo común, sino que son fruto del entorno en el que se encuentran. Arquitectónicamente son concebidos como edificios funcionales, con diseños dinámicos y abiertos en respuesta a la diversidad de usos que deben proporcionar. En cuanto a la programación y servicios, son totalmente dependientes de las necesidades, características y rasgos de la comunidad ciudadana. Son lugares referenciales dentro del barrio o distrito, por ello se suelen situar en plazas o parques donde el paso de los vecinos sea continuo. En ellos se ponen de manifiesto señas culturales propias, por lo tanto, el éxito de su funcionamiento y aceptación depende de su flexibilidad y adaptación a las realidades y particularidades de su entorno poblacional.
Actualmente los equipamientos de proximidad que solemos encontrar son las Casas de la Cultura. Estos equipamientos están más orientados a una labor cultural que sociocultural, no dejando de tener por ello muchas similitudes con los Centros Cívicos (espacios de encuentro y relación, instrumentos de formación e información, lugares de creación y producción artística, ámbitos donde desarrollar y compartir la cultura local).
La Municipalidad es el órgano encargado del mantenimiento. La gestión está basada en la participación ciudadana, siendo este el eje principal. Se entiende la participación ciudadana como el derecho y el compromiso del ciudadano, individual y colectivamente, a participar activa y directamente en la toma de decisiones que afectan al desarrollo vecinal y cultural de la población.
Todos los centros cuentan con un Intendente o Director que se encarga de dirigir, coordinar y trabajar codo a codo con la población que demanda y propone actividades. El resto del personal estará en función del tamaño y las necesidades puntuales.
Paisajismo, Urbanismo y Arquitectura
La idea central era la de transformar a la aldea de Bariloche en una típica ciudad de montaña «europea», y es debido a esto, que el autor optó por la corriente pintoresquista ampliamente utilizada por ese entonces para revestirlo.
Si bien el proyecto original de 1936 se erigía en los terrenos de la actual Catedral, su ubicación definitiva fue en los terrenos del aserradero Capraro, que si bien no era esta última la ideal, fue el producto intencionado de una fuerte apropiación del paisaje natural existente, abriendo la «nueva ciudad» hacia el lago Nahuel Huapi, realzando y acentuándolo aún más.
Como el propio autor de la obra lo explicara, en una plaza hay que ubicar siempre un edificio que la domine, que tome el rol principal, y es esta la función arquitectónica que cumple la Torre de la Municipalidad. Esto justificó radicalmente que no se incluyera otra torre más dentro del conjunto, que podría haber correspondido a la Catedral, por lo cual la Iglesia quedó desplazada hacia los terrenos del proyecto original para el Centro Cívico.
El partido de diseño adoptado fue una suerte de «U» con edificios públicos rodeando una plaza seca llamada «Conquista del Desierto» orientada hacia el norte. La idea principal era la de unir o poner en «diálogo» la creación humana con la naturaleza. Allí se emplazan cuatro edificios: el Palacio Municipal con su ya mencionada Torre; el predio de Correos y Telégrafos, trasladado en la actualidad hacia otro sitio y en el cual hoy funciona la Secretaría de Turismo y Encotel (ala sur); la Comisaría de la Policía de Río Negro ocupa otra de sus alas (oeste); y por último el predio de la Biblioteca Popular Sarmiento, Museo de la Patagonia y la Aduana (ala este).
Previo al ingreso en la plaza principal se ubica la Intendencia de Parques Nacionales frente a la cual se encuentra otra gran plaza arbolada que la precede. En sus comienzos el centro se complementaba con el Puerto de San Carlos, quemado durante el incendio del ’60, el cual fuera reconstruido pero el destino se encargó de destruirlo nuevamente, esta vez por un lagomoto; otro de los espacios originales pensado para las reuniones sociales es el hoy desaparecido Salón de Té.
El juego de volúmenes formal combina terrazas, balcones, puentes, recovas. Arcos rebajados o de medio punto caracterizan circulaciones y accesos principales.
La materialidad del Centro Cívico está conformada por construcciones de hormigón armado y mampostería de ladrillos, revestidas en piedra verde y madera de Ciprés; las cubiertas son de pizarra negra salvo en el caso de la Intendencia con tejuelas de alerce; sus pisos exteriores son de mosaicos graníticos y piedras lajas, mientras que los interiores son de maderas de pinotea. Las carpinterías cuentan con marcos de incienso amarillo y postigones de roble.
Todas las circulaciones convergen en la plaza central y la rodean. El acceso desde el lago está jerarquizado por una subida en zigzag y la comunicación con calle Mitre (principal arteria comercial de la ciudad) se realiza a través de arcadas sendas que atraviesan uno de los edificios. Los espacios libres parquizados, son de uso público integrados a la trama urbana.
Agora patagónica
El espacio central es la Plaza de la Conquista del Desierto, puerta urbana hacia el lago, ágora moderna y sede indiscutida de festivales, conciertos y festejos en general como así también de marchas, reclamos y manifestaciones. Esta ambivalencia no es casual, sino que es un signo que la marcará desde el inicio, cuando la colocación de la estatua de Roca, generó posturas a favor y en contra (discusión candente aún hoy). Obra del escultor Serniguet, el mismo que realizara la estatua del Resero de Mataderos, no fue del agrado del propio hijo del conquistador, que por cierto no fuera quien llegó hasta el Nahuel Huapi, sino que fue la columna encabezada por el General Villegas la que luchara contra los mapuches que habitaban la zona.
Queda claro que esta obra urbanística marcó una etapa en la historia de Bariloche y, como todo emprendimiento vanguardista, no supo ser correctamente valorado en su momento. Hoy podemos resaltar que fue y es el centro «vivo» de nuestra ciudad, postal turística por excelencia, vivienda imaginaria de perros San Bernardo, icono e imagen de nuestra cultura y por sobre todo, fiel ejemplo de la fuerza que tienen los sueños del hombre, que cuando se propone algo, lo logra a pesar de las dificultades que se presenten en el camino.
* Arq Lucas Pedro Berman
Bibliografía
* El despertar de Bariloche. Autor: Dr. Exequiel Bustillo
* Universidad Fasta: Proyecto Centro Cívico. Resguardo y Valoración del Patrimonio Cultural. Autor: Bárbara Arenas
* Fotografías históricas: Archivo Visual Patagónico
* Fotografías actuales: Archivo personal del autor