Al este de Pakistán, a unos 30 kilómetros de Bahawalpur, se extiende el Desierto de Cholistán, un territorio árido de 16.000 kilómetros cuadrados fronterizos con India. Dentro de este contexto se encuentra el Fuerte Derawar, el cual contiene el único pozo de agua perenne de todo el desierto.

Allí se encuentran las tumbas de los Emires de Bahawalpur, decoradas con atractivos azulejos esmaltados que ponen una nota de color en el paisaje ocre. Sus 40 torres de ladrillo rojo, que alcanzan los 30 metros de altura, son visibles desde muchos kilómetros de distancia.

El Fuerte Derawar fue construído en el siglo IX por Rai Jajja Bhutta y permaneció en poder de los maharajás de la familia india Jaisalmer hasta su captura por los nawabs musulmanes de Bahawalpur en 1733.

Los materiales para su construcción tuvieron que ser transportados desde una distancia de más de 60 kilómetros. Para ello se formó una línea humana que cubría toda esa distancia, desde Uch Sharif hasta Derawar, y los ladrillos fueron pasando de mano en mano hasta su destino final.

Es dificultoso llegar al lugar, porque se requiere un permiso especial expedido por sus propietarios desde el siglo XIX, la familia real Abassí.