Durante una entrevista, la viceministra de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Ruth Ladenheim, recalcó la importancia de la colaboración entre el sector científico y el productivo, sobre el que definió que se trabajará muy profundamente en la etapa que se inicia.

La secretaria de Planeamiento sostuvo que la vinculación entre la comunidad científica y la actividad productiva ya no es un tabú, ni en el país ni en el mundo, y que la apuesta que hizo la Presidenta al crear el ministerio consiste precisamente en articular la producción de conocimientos con el desarrollo productivo.

¿Cuál es la importancia de que el sector científico se interese en las necesidades productivas?


-Para nosotros es muy importante que la investigación científica siga siendo de alto nivel y siga creciendo en calidad, porque esa es la base sobre la cual podemos construir una ciencia más orientada a las necesidades de nuestro tejido productivo. Es imposible disociar estos dos mundos. Los científicos hoy en día tienen que poder sentirse cómodos y entusiasmados para hacer investigación y, de hecho, estamos muy orgullosos de haber podido recuperar las capacidades para que ellos investiguen y de la cantidad de jóvenes que hacen ciencia en nuestro país.

¿En qué punto estamos parados para ello?


-Tenemos muy buena vinculación internacional y estamos buscando también mejorar la vinculación científica dentro de la región. Buscamos desarrollar estas plataformas que sirven para dar servicios tecnológicos de alto nivel a otros científicos que los necesiten, pero también a proyectos de investigación aplicada y a proyectos de empresas que puedan hacer uso de las excelentes capacidades que podemos generar en Argentina.

¿Todavía existe cierta resistencia por parte de la comunidad científica para vincularse con el sector empresarial y productivo?


-Históricamente podríamos decir que la hubo. Hoy en día, creo que los científicos, incluso los mejores laboratorios y los que tienen las mejores publicaciones, tienen vinculación con el mundo empresario. Es así en Argentina y en el mundo entero. Los científicos argentinos están comprendiendo que también tienen un rol social que cumplir y que es importante que, para que la sociedad valide esta inversión que el Estado hace en investigación científica, el científico tiene que poder aportar y colaborar con el tejido productivo e industrial. Poder colaborar con la posibilidad de crear nuevas empresas de base tecnológica y con ofrecer servicios. Y creo que esta apuesta que hizo la presidenta de la nación de crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue, justamente, para articular la producción de conocimientos con el desarrollo productivo. Para lograr estas articulaciones y también para que las empresas empiecen a conocer de manera más acabada sus propias necesidades tecnológicas y mejoren su capacidad de formulación de esas demandas. Eso, seguramente, permite la mejora de este diálogo entre ambos mundos, que nosotros pensamos que está mejorando y que, seguramente, va a crecer mucho más en los próximos años.

¿El financiamiento estatal a las investigaciones científicas que respondan a las necesidades industriales también actúa como un incentivo para esta vinculación?


-Claro, el financiamiento funciona un poco como un incentivo y también porque es necesario para hacer inversiones, comprar equipamientos costosos, insumos… Pero el hecho de que hoy existan más de 35 consorcios público-privados aprobados en Argentina significa que el sistema de financiamiento es el adecuado y que genera una respuesta positiva tanto en el sector científico como en el sector productivo. Pensamos que hay que profundizar más y seguir avanzando con este tipo de financiamiento, sumándole también otro tipo de financiamiento más relacionado con los servicios tecnológicos que son una necesidad muy importante de nuestro tejido productivo.

Participación privada


El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, analizó con directivos de fundaciones empresarias las posibilidades de promover una mayor participación privada en actividades de investigación y desarrollo, así como de conformar consorcios con el sector público.

El objetivo del encuentro fue debatir propuestas con el fin de lograr un mayor compromiso de inversión del sector privado en la investigación y el desarrollo local y analizar los instrumentos de fomento económico-financieros diseñados por la cartera de Ciencia para que el sector productivo mejore su competitividad.

En tal sentido, Barañao aseguró que “la interacción con las fundaciones es muy importante, ya que mediante las actividades de investigación y desarrollo, pueden contribuir en la producción de un beneficio”.


Asimismo, se discutieron temáticas relacionadas a la obtención y defensa de las patentes derivadas de la producción de conocimiento. Además, se trató la importancia de la articulación entre los sectores estatal, académico y privado en las etapas iniciales de la investigación que son aquellas que implican un mayor riesgo.


Sobre este tema, el ministro Barañao señaló que “la producción de conocimiento tiene un valor económico y, por lo tanto, amerita ser evaluada y protegida de manera adecuada, no con ánimos de lucro sino con el objetivo de reinvertir los beneficios en el sistema productivo”.


Barañao agregó que “a través de la protección de la propiedad intelectual se incentiva la transferencia tecnológica, lo que requiere de creación de empresas que desarrollen nuevos productos para el mercado”.

Fuente: Prensa Presidencia