La virtual paralización de las ventas de viviendas se atribuyó al cepo cambiario y a la falta de créditos hipotecarios para los sectores medios de la población.
El nivel general del índice del costo de la construcción en el Gran Buenos Aires (Capital Federal y 24 partidos bonaerenses) aumentó en marzo del 2015 el 26,9% respecto de igual mes del 2014, como consecuencia de las subas del 23% en «materiales»; 30,3% en «mano de obra», y 24,5% en «gastos generales», según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Los «materiales» que más se incrementaron en el citado lapso, fueron: mesadas de granito, 35,8%; productos de hormigón y cemento, 33,1%; vidrios, 33%; aparatos de control eléctrico (tableros, interruptores y tomas), 28,8%; productos metálicos para instalaciones sanitarias y eléctricas, 28,2%; cemento, cal y yeso, 27,2%; pinturas y afines, 25,9%, y artefactos a gas, 25,7%.
El Indec puntualizó que el costo por metro cuadrado de los departamentos alcanzó, en marzo pasado, 5.551,89 pesos por el aumento del 36,9% en el 2014.
Ventas de materiales y empleo fueron datos positivos del primer trimestre, vinculados con más obras públicas; el plan Procrear de viviendas con tasa subsidiada, y refacciones antes de quebrarse la tendencia a la baja verificada desde el 2012.
«Desde el 2003, la política de vivienda fue mutando a una verdadera política de Estado –publicitó Gustavo Durán, presidente de la Comisión Nacional de la Vivienda (CNV)–. Nació con los planes de emergencia, reactivación y solidaridad. Paulatinamente, se incorporaron alternativas que incluyeron a todos y cada uno de los sectores sociales y que dejaron de ser sólo las partidas del Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi) para que las provincias recibieran las de programas federales que multiplicaron genuinamente las inversiones. Todo ello descontando el efecto multiplicador».
La consultora Reporte Inmobiliario (RI) subrayó la virtual paralización de la compraventa de propiedades usadas, que se contrapuso con la dinámica de precios de los terrenos porteños, y el valor promedio de la «incidencia», es decir aquellos sobre los cuales se puede edificar, y que costaban el mes pasado 522 dólares por metro cuadrado, 2,35% más que en abril del 2014. La actividad se atribuyó a las adquisiciones con los certificados de depósitos en dólares Cedin, emitidos por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que sólo podían obtenerse mediante el blanqueo de los dólares ahorrados y no declarados, 100% transferibles. Los permisos para nuevas edificaciones en la Capital Federal serían los más bajos de los últimos 80 años: 861.134 metros cuadrados en 2014, casi la mitad de los autorizados en 1935 y luego de que la del 2013 fue la peor: 770.000″.
La cuenta regresiva hacia el cambio de gobierno, en diciembre venidero, permite suponer que entonces comenzarían a levantarse las restricciones al dólar y que eso reactivaría las transacciones de casas y departamentos. «La mayoría de las firmas entiende que las construcciones se mantendrían este año sin cambios –a su vez pronosticó Valeria Sandoval, de la consultora Economía y Regiones (EyR)–. En febrero de 2015, había 23.678 de esas firmas en actividad, tras una caída interanual del 7,3%, para las que las obras públicas constituían un aliciente».
El presupuesto nacional para ejecutar caminos, rutas, puentes y cloacas, totalizarían este año 82.200 millones de pesos, 30% más que en el 2014, de los cuales se destinarían a provincias y municipios 57.600 millones, un alza del 39% (ver aparte).
Aunque la consultora Ecolatina previó una recuperación, «persisten preocupaciones por la debilidad económica; la falta de inversiones en grandes obras; el encarecimiento de los créditos, y el año electoral».
La virtual paralización de las ventas –casi exclusivamente en dólares–, se atribuyó al cepo cambiario y la falta de créditos hipotecarios para los sectores medios de la población. Los precios disminuyeron en abril aproximadamente el 10%, por lo que hubo dueños que las retiraron del mercado para no perder. Uno de los reclamos generalizados fue la escasez de financiamientos para adquirir propiedades y los elevados montos de las cuotas. También se insistió en que sería preciso que la inflación anual disminuyera a un dígito, que facilitaría la aparición de más créditos hipotecarios, que representan el 4,8% de todos los del sistema financiero.
El mercado inmobiliario atraviesa el peor momento de su historia, reflejado en la ciudad de Buenos Aires por la caída de las construcciones en los últimos cuatro años. Mientras en el primer trimestre del 2011 se comprobaron 201 nuevas obras, en igual lapso de este año hubo 45, lo que significó una contracción del 77%, conforme a las estadísticas del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU).
Los especialistas no creyeron que la situación mejorará en el resto del año y que, por el contrario, continuará retraída por la falta de créditos específicos; el freno de la economía nacional, y tratarse de un año electoral.
Las escrituras de compraventa de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires aumentaron el 23,6% durante marzo pasado respecto de igual mes del 2014. Para el Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires (Colescba), idéntica comparación arrojó 14%. Fabián Acerbo, presidente del Consejo Superior del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Buenos Aires, recomendó que se adopten «políticas y medidas de corto, mediano y largo plazo, porque cuestiones que se iniciaron hace años no pueden modificarse de un día para el otro. Sugirió «levantar las restricciones cambiarias para las operaciones, e implementar créditos hipotecarios amplios, al alcance de gran parte de la población interesada en comprar».
«Los indicadores siguen siendo malos –declaró el arquitecto Damián Tabakman, rector de la Escuela de Negocios en Real Estate–. Varios arrojan los peores resultados en mucho tiempo, pese a que los precios se mantienen estables. Hay un nivel bajo de transacciones, excepto en zonas muy calificadas». Aseveró que «el gobierno contrapesa alentando las obras públicas, que sostienen el empleo y la actividad, y refuerza el combo cepo–inflación, que obliga a muchas empresas a resguardar sus excedentes en ladrillos. Asimismo, mantiene la vigencia de los Cedin para darle al quehacer inmobiliario ventajas que no tiene ningún otro rubro de la economía».
Apenas el 8,3% de los préstamos del sistema financiero se destina a la compra de propiedades, según el BCRA. Sin una moneda estable, para los entendidos son inviables los de largo plazo. Los que hay, pero escasos, son los subsidiados por la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses).
El problema de las viviendas en la Argentina afectaría a 10 millones de personas, o sea casi una de cada cuatro. No fueron suficientes las 881.685 transacciones concretadas entre junio de 2003 y julio de 2014 (449.837 nuevas y 431.848 refacciones y ampliaciones), que habrían beneficiado a más de 4 millones de acuerdo con el Consejo Nacional de la Vivienda. Los datos no contaron lo ocurrido con el Procrear, plan lanzado por la Anses en el 2012, que comenzó 140.000 casas en todo el país, 62.000 ya terminadas.
Por esas políticas y los emprendimientos privados disminuyeron las viviendas precarias (de 6,2% a 4,3%) y el hacinamiento (de 4,8% a 4%), en tanto entre el 2001 y 2010 el déficit habitacional disminuyó menos del 5% y afectó a 3 millones de hogares. Esto incluyó a los ocupantes de las precarias y a los que compartían sus casas con otros familiares. En los hogares, en idéntico período, los propietarios bajaron del 70,6% al 67,7% y los inquilinos subieron del 11% al 16%, que en las grandes ciudades oscilaron del 25% al 30%.
La organización no gubernamental Techo estimó que en el 2013 había unas 1.834 villas y 532.800 familias en el área metropolitana, el interior de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, el Alto Valle de Río Negro, Neuquén, Misiones y Salta. La mitad de tales asentamientos se radicó en los últimos 25 años y un cuarto en la última década.
«Las perspectivas para este 2015 serían de menos inicios de obras y una recesión que quizás se prolongaría hasta mediados del 2016, observó Germán Gómez Picasso, director de Reporte Inmobiliario.
¿Inversiones superiores a los 900.000 millones de pesos para le período 2015-2020?
Julio De Vido, ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, en una reunión con integrantes de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), en febrero pasado, afirmó que estaba en marcha un programa para el período 2015-2020, con «inversiones superiores a los 900.