En las últimas décadas, la conciencia de reutilización y refuncionalización se ha convertido en una tendencia cada vez más aceptada. Se ha instalado, lenta pero seguramente, la necesidad de intervenciones sostenibles, buscando equilibrar factores sociales, ambientales y económicos.
El campo de la arquitectura no ha sido ajeno a esta dinámica, de hecho el reciclaje o rehabilitación siempre han existido. Basta recordar innumerables ejemplos en que se intervino sobre edificios de épocas pasadas, dando como resultante nuevas propuestas de usos y adaptaciones para una nueva función. Tal el caso de mezquitas, iglesias, templos, palacios, mercados, etc.
Reciclar, según la Real Academia Española, significa «someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar». En el campo del patrimonio, este término se refiere a la adaptación, renovación y refuncionalización de edificios y conjuntos urbanos. Es por esto que la modernización y actualización tecnológica de edificios existentes es quizás uno de los mayores desafíos que se nos presentan en el siglo XXI.
Es evidente que muchos inmuebles no cumplen con las exigencias técnicas y funcionales para los cuales fueron construidos y este hecho los sometió a constantes cambios de uso respecto del original.
Muchas veces, nos encontramos frente a construcciones antiguas que por sus valores, no admiten intervenciones que les hagan perder su carácter, hecho que conduce a elaborar proyectos que rescaten esos valores, encarándolos desde un criterio de autenticidad y a su vez desde un punto de vista económico que dinamice y posibilite un nuevo ciclo de vida útil.
Desde el momento mismo que se decide la conservación se fomenta, en lugar de la demolición y la nueva edificación, una intervención que analice previamente la factibilidad y las potencialidades futuras.
Podemos decir que el reciclaje de edificios obsoletos o en desuso puede ofrecer ventajas diversas, incluyendo la puesta en valor del patrimonio inmueble, la carga simbólica de un edificio o conjunto, el interés tipológico o constructivo, el potencial de la construcción tradicional, el aprovechamiento de las condiciones normativas o de su localización estratégica. Muchas veces, los reciclajes posibilitan también el desarrollo de zonas degradadas de la ciudad.
La adaptación de edificios a nuevos usos reclama una atención urgente sobre los mejores modos de intervención, de modo de asegurar a las futuras generaciones la posibilidad de seguir disfrutando de estos testimonios que hacen a la memoria colectiva.
En cuanto a los museos, desde fines de los años ochenta a hoy, asistimos a un importante proceso de renovación y transformación de edificios para la función museística. Estos cambios implican una intensa participación de los arquitectos que, con su obra, conforman la primera gran pieza del museo: el contenedor. Pero también la relación estrecha con el museólogo quien debe dar las pautas para el guión y mensaje del museo.
Durante las últimas décadas, han proliferado museos de arte contemporáneo en muchas ciudades, sean de nueva planta o en la mayoría de los casos reutilizando antiguos edificios. Tendencia que marcó el retorno de una mirada sensible a los centros históricos y a la recuperación de inmuebles.
Es interesante también la proliferación de adaptaciones de edificios industriales tales como fábricas, almacenes, estaciones de ferrocarril, mercados, mataderos, como contenedores de nuevos museos. Esta toma de conciencia hacia la preservación de un patrimonio industrial en peligro de destrucción o desmantelamiento, que si bien puede no haber sido considerado como un producto arquitectónico de interés como el caso de palacios, catedrales y conventos, hoy está firmemente reconocido por sus valores espaciales, tecnológicos y sociales, como testigo del proceso histórico de industrialización y la cultura del trabajo. Por sus dimensiones y grandes luces libres aportan posibilidades con respecto a la exhibición del arte contemporáneo. Para adaptarse a su nueva función, los edificios se someten a una importante transformación que muchas veces lo ponen en valor a partir de una intervención de calidad, que aporta plusvalía.
Atendiendo al uso original del edificio que ocupan, los museos en las últimas décadas tienden a ubicarse en edificios con reconocidos valores históricos o en edificios industriales con valores tecnológicos-constructivos.
También son frecuentes los crecimientos y ampliaciones de museos que requieren desplegar una mayor actividad y contar con salas de exposiciones transitorias, cafetería, tiendas o boutiques, un hall de entrada que derive con más fluidez al público que cada vez es más cuantioso y motivado.
El CICOP Argentina y el ICOM Argentina, conjuntamente con el Museo Banco Provincia, se han propuesto trabajar esta temática con el fin de que académicos, museólogos, arquitectos, historiadores, trabajadores de museos, vecinos de la ciudad, representantes de asociaciones amigos de museos, aporten al intercambio de experiencias, investigaciones, actividades y proyectos.
TEMATICAS
1. Continente – contenido.
– Relación entre el espacio arquitectónico y el discurso museal: Guión museológico y programa museográfico.
– Selección, interpretación, exhibición y difusión del contenido patrimonial del museo.
– El objeto musealizado y sus valores inmateriales como testimonio y documento y símbolo de la memoria.
– La percepción visual y la mediación del visitante como puente entre espacio y objeto.
2. La intervención arquitectónica / la intervención museal.
– El concepto de conservación de valores en el reciclaje y adaptación para museo.
– Intervenciones en edificios de valor patrimonial: restauración, puesta en valor, criterios.
– Articulación de espacios museales en el replanteo de la instalación y la exhibición de las colecciones.
– Correspondencia entre edificio y preservación/conservación de objetos museales.
– El Programa de necesidades, arquitectos y museólogos aunados en la sustentación de los valores tipológicos y simbólicos del museo. El espacio, el guión y los soportes museográficos.
3. Museos: factor de identificación urbana.
– El entorno del museo: polo de desarrollo y sustentabilidad.
– Ampliaciones nuevas al edificio existente, diálogo o ruptura?
– Nuevos polos culturales, itinerarios, recorridos, la mirada desde el territorio
4.-Edificios bancarios reciclados para Museos
– Valoración de la arquitectura bancaria.
– La intervención, proyecto arquitectónico y proyecto museográfico.
– El mobiliario, objetos y colecciones.
IDIOMAS
Español y portugués (Sin traducciones)
PARTICIPACIÓN ACTIVA
Quienes lo deseen podrán presentar avances en trabajos de investigación y/ o experiencias a través de: Ponencias y Comunicaciones.
CRONOGRAMA
Las Ponencias o Comunicaciones deberán ser presentados en tiempo y forma antes del 08 del agosto de 2014.
PONENCIA
Se considerará ponencia, a las presentaciones que aborden problemas con específico contenido teórico, susceptibles de generalización.
Más info en: www.cicopar.com.ar