Los colores forman parte imprescindible del mundo de la decoración. La sensibilidad que en las personas se desarrolla a partir de la visualización de un color depende de distintos factores: social, cultural y antropológico. Esto hace que no exista un verdadero código universal de los colores aunque sí podemos clasificarlos en distintos grupos gracias a las ondas electromagnéticas que emiten y a los significados que reciben en nuestra cultura. También pueden lograr que se desencadene una serie de sensaciones y estados de ánimo. Con una combinación adecuada podemos lograr los ambientes más variados.

 

Los colores forman parte imprescindible del mundo de la decoración. La sensibilidad que en las personas se desarrolla a partir de la visualización de un color depende de distintos factores: social, cultural y antropológico. Esto hace que no exista un verdadero código universal de los colores aunque sí podemos clasificarlos en distintos grupos gracias a las ondas electromagnéticas que emiten y a los significados que reciben en nuestra cultura.

Los colores también pueden lograr que se desencadene una serie de sensaciones y estados de ánimo. Gracias a esto podemos lograr, con una combinación adecuada de colores, los ambientes más variados. Una sabia aplicación de los distintos matices cromáticos puede incluso destacar o disimular las partes u objetos de la casa que deseemos.

 

Clasificación de colores

Según la clasificación de colores de acuerdo con las ondas electromagnéticas emitidas, éstos se dividen en dos grandes grupos: colores cálidos o fríos. A los colores cálidos pertenecen aquellos capaces de estimular, energizar, favorecer la actividad física y mental, y también se les atribuye la capacidad de penetrar más profundamente en los tejidos del cuerpo humano. Sin embargo los fríos son los que el cuerpo absorbe más superficialmente, son relajantes y estimulan el sueño.

La clasificación cromática que se puede realizar a partir de los valores sociales de la cultura occidental, atribuye a cada color varias cualidades o significados. A través de estos significados, se genera todo un lenguaje con el que expresar cientos de ideas, sensaciones, emociones. El rojo, por ejemplo, en nuestra cultura significa ira, alarma, fuego, sangre y peligro (señales de tráfico). Debe utilizarse con mucha prudencia debido a la sobreexcitación que puede causar.

El verde es el color de la naturaleza y tiene una gran virtud: dependiendo de las tonalidades con las que se combine, puede resultar cálido o frío. El blanco es el color de la pureza para nosotros y, sin embargo, en Japón es el color de luto. El amarillo es sol, luminosidad, vitalidad… todo lo relacionado con la vida, mientras que el azul es el color de la paz.

 

Atreverse a los colores vibrantes

Aunque muchos le temen a los colores vibrantes, este tipo de tonalidades, con una buena combinación, puede destacar y renovar un ambiente.  Los tonos fuertes y llamativos pueden ser utilizados en los diferentes ambientes como por ejemplo en el comedor.  La utilización de una pared verde como fondo sobre la que se han colocado diferentes objetos de tonos tan llamativos como contrastantes es una excelente opción.

¿Quién dijo que los rincones de lectura deben ser espacios de tonos calmos y tranquilos?  Este espacio marcado por la multiplicidad de colores no hace más que demostrar lo contrario.  La idea de contar con una fuente de luz directa sobre el sillón ayuda a resolver la falta de un buen caudal de luz natural.

Otro ambiente que puede llevarse de maravillas con los colores fuertes es la cocina.  El piso verde ayuda a otorgar un toque original a una cocina donde el mobiliario es sencillo.

Por último, un clásico de todos los clásicos, el color en el cuarto de los niños.  Una de las características que más nos agradan es la simpleza, despojo y apertura del lugar que brinda un amplio espacio de juego para los pequeños.

 

Fuente:

www.decocasa.com.ar

www.decoracion.facilisimo.com