El césped es una de los elementos estrella de nuestro jardín. Conseguir una buena cobertura de césped requiere de cuidados y atenciones, además de haber hecho una buena plantación y una selección adecuada de las variedades a plantar. El escarificado ayudará a mantener nuestro césped en buenas condiciones, y la resiembra nos permitirá corregir defectos o reponer partes dañadas.

El césped requiere una serie de cuidados para lucir en perfecto estado. Las distintas variedades de céspedes demandan cuidados diferentes. Pero todos ellos necesitan las mismas labores, aunque con una frecuencia variable. El riego, el abonado y la siega son operaciones de mantenimiento básicas, a las que hay que añadir otras, como el aireado y el escarificado, menos conocidas pero igual de necesarias para el buen desarrollo del césped. En este artículo te contamos cómo airear y escarificar el césped para rejuvenecerlo y que tenga un desarrollo más vigoroso. Y, si necesitas reparar alguna calva, te contamos también cómo llevar a cabo una resiembra exitosa.

 

Aireado y escarificado del suelo

La escarificación es una labor superficial que se realiza para airear el suelo y la capa superficial que incluye las raíces del césped, mejorando la actividad biológica donde se encuentran los restos vegetales en fase de descomposición. En la superficie del suelo en la que hay césped se forma una capa fina, de un par de centímetros de espesor, integrada por tierra, restos de raíces y hojas que se han ido acumulando con el paso del tiempo. Esta capa se denomina “fieltro” y resulta bastante impermeable. Con cierto grosor resulta beneficiosa, pues reduce la evapotranspiración y protege ligeramente de las heladas invernales. Pero si se desarrolla en exceso actúa como un repelente del agua, y no permite el abonado correcto del césped, además de favorecer el desarrollo de hongos patógenos. La labor de escarificado rompe esta gruesa capa de fieltro, logrando la aireación del sustrato y favoreciendo la respiración de los microorganismos del suelo, encargados de la descomposición de estos restos vegetales. Además, esta operación mejora la permeabilidad de la capa de enraizamiento y proporciona una mejor accesibilidad a los fertilizantes y fitosanitarios, al tiempo que se favorece el rejuvenecimiento del césped. Si lo que se pretende es una aireación más en profundidad del suelo, esta operación se realiza pinchando la tierra en varios lugares a una profundidad de unos 10 cm.

Cuándo airear y escarificar el césped

Tanto la aireación como el escarificado del césped son operaciones esenciales para cualquier tipo de césped, aunque no todo el mundo las conoce o las lleva a cabo. La operación de escarificado debe realizarse con el césped en estado de crecimiento, ya que así se recupera más fácil y rápidamente de una intervención agresiva como es ésta. Además, debe llevarse a cabo en un momento de buenas condiciones ambientales, evitando las temperaturas extremas (las altas provocan desecación y las bajas el congelamiento del césped) así como las épocas con el suelo excesivamente húmedo. Normalmente, principios de primavera y finales del verano son los mejores momentos. El aireado es muy recomendable realizarlo también al principio de la primavera, aunque se puede realizar otro en otoño. En céspedes con pocas exigencias en su mantenimiento es suficiente con una labor en primavera para facilitar la aireación y la permeabilidad de la capa.

Herramientas y técnicas de escarificado y aireación

El aireado se puede realizar manualmente con una horca de varias púas. Con ella se perfora repetidamente el suelo, a una profundidad de unos 10 cm. Existen horcas especiales para esta labor con las puntas huecas, de modo que actúan como un sacabocados, produciendo una aireación mucho más efectiva. En ambos casos la labor es lenta y muy cansada, sobre todo si la extensión de césped es grande. Para facilitar el trabajo hay rulos de púas e, incluso, máquinas aireadoras profesionales, como las que se usan en los campos de fútbol y golf.

La escarificación también se puede realizar manualmente con un rastrillo. Esta labor es factible si el jardín es pequeño, pero para superficies más grandes resulta bastante pesada, y si no se hace con atención no se llega realmente a romper la capa de fieltro. Para facilitar la tarea, existen máquinas escarificadoras que llevan una serie de cuchillas en posición vertical, de fino espesor, que al girar cortan la zona superficial de la capa de enraizamiento, arrastrando a la superficie los restos de la materia orgánica sin descomponer que forman el fieltro. Si no se dispone de una y no se quiere comprar, puede alquilarse en tiendas especializadas. Hay que ser prudentes con estas máquinas, ya que un exceso de pases puede provocar una pérdida notable de la cubierta vegetal.

Una vez realizado el escarificado, los restos de materia vegetal pueden recogerse con el rastrillo de púas flexibles. Tras el escarificado, el césped presenta un aspecto muy feo, como si hubiera sido arrasado. No hay que alarmarse, ya que en un par de semanas se habrá cerrado, además de haberse regenerado y mostrarse más vigoroso que antes.

 

Recebo

Conc

luido el escarificado y el aireado del césped, es conveniente aportar fertilizantes químicos que ayudarán al desarrollo del césped. El recebo consiste en extender por la superficie escarificada una capa de arena, turba o mantillo, una mejora que sin duda el césped agradecerá.

La resiembra

La resiembra es una operación de mantenimiento que sirve para hacer correcciones o mejoras en el césped. Con ella conseguimos sembrar césped nuevamente en aquellas zonas donde la densidad era nula o baja. La resiembra tiene un objetivo claramente estético, ya que es poco vistoso tener una zona de la parcela con un césped precioso y otra en la que el césped brille por su ausencia. Además, al no dejar espacios libres, contribuimos a que las malas hierbas se encuentren con mayores complicaciones a la hora de colonizar el césped. Antes de decidirnos por una resiembra, hay que identificar el motivo por que se ha producido esa pérdida de superficie cespitosa e intentar corregirlo, ya que, en caso contrario, podríamos volver a cometer los mismos errores, con lo que tendríamos que volver a resembrar. Si la causa se debe a un uso excesivo del césped, habrá que cambiar el emplazamiento o buscar una mezcla más resistente.

 

También puede deberse a la compactación excesiva del suelo, arranque de malas hierba, derrame o deriva de herbicidas, etc. Si el césped más bien está raquítico hay que comprobar el resto de las operaciones de mantenimiento para que sean las adecuadas y se hagan de modo correcto. Cómo la resiembra consiste en volver a sembrar, la llevaremos a cabo cuando las condiciones sean las más adecuadas para la germinación y nascencia de las semillas, generalmente primavera o finales de verano.

 

Cómo se lleva a cabo una resiembra

Antes de realizar la resiembra, hay que dejar el césped sin fertilizar ni regar durante unos días. Inmediatamente antes de realizar la resiembra hay que dar un corte bajo y escarificar, eliminando la máxima cantidad posible de restos vegetales. Procederemos a sembrar, siguiendo los mismos pasos que si sembráramos por primera vez. Aplicaremos la mezcla de semillas deseada o adecuada, que en condiciones normales debería ser la misma que había.

El recebado con arena puede realizarse también con una mezcla de arena con enmienda orgánica o una enmienda cubresiembra. Sólo recebaremos exclusivamente con una enmienda orgánica si tenemos el objetivo de aumentar la capacidad de retención de agua en la superficie de la capa de enraizamiento para ayudar a la germinación y nascencia de las semillas resembradas, cosa que se podría evitar si el sistema de riego está bien diseñado y funciona correctamente.

Después regamos abundantemente para que la semilla se empape. Se debe realizar una siega con el corte de la cuchilla alto, para evitar que el césped ya implantado tape al nuevo.

Las mejores mezclas contienen especies como Lolium perenne (Raygrass inglés), Raygrass anual, Cynodon dactilon (Bermuda), Agrostis stonolifera, y Poa pratensis. Incorporaremos la semilla con un ligero recebado de arena (para mantener la humedad) y un posterior pase de rulo con el que aumentamos el contacto de las semillas con el suelo para favorecer su germinación.

Los tepes como altern
En ocasiones podemos utilizar tepes como alternativa a la resiembra, consiguiendo de este modo reparar las calvas al instante. Si bien los tepes son mucho más caros que las semillas, si lo que queremos reparar es una superficie pequeña, no nos saldrá muy costoso. Procederemos con el tepe como haríamos en una plantación normal: se labra y abona el terreno, se nivela con un rastrillo, y se colocan los tepes unos junto a los otros, cubriendo las juntas con mantillo si han quedado muy abiertas. Conviene pasar un rulo para asentar los tepes una vez plantados. Si no disponemos de rulo, podemos utilizar una bombona de butano como truco casero.ativa a la resiembra

 

Fuente:

www.jardinactual.com