Finca Los Álamos, construida como estancia de frontera fortificada contra los indios, es una de las más antiguas de Mendoza y se adaptó a los cambios que impusieron las distintas épocas de la historia. Siete mil plantas de arbustos cubren una superficie de casi dos hectáreas, formando un gigantesco libro abierto con senderos que dibujan el nombre del escritor, sus símbolos preferidos y las iniciales de María Kodama.
Cuando Domingo Bombal Ugarte compra finca Los Álamos comienza la transformación de la estancia en una propiedad dedicada a la vitivinicultura. Desde 1830 produce vinos con uvas de sus propios viñedos. Sus descendientes, con 72 hectáreas en producción donde crecen cuatro variedades de uvas tintas – Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot y Syrah – y dos de uvas blancas – Chardonnay y Pinot de La Loire -, es uno de los principales productores de uva fina en San Rafael.
Las uvas de finca Los Alamos se cosechan a mano, respetando los momentos adecuados para que cada una de las variedades produzca los mejores caldos.
Finca Los Álamos, construida como estancia de frontera fortificada contra los indios, es una de las más antiguas de Mendoza y se adaptó a los cambios que impusieron las distintas épocas de la historia. La escritora Susana Bombal la convirtió en un lugar de refinamiento por sus invitados, desde Jorge Luis Borges, Manuel Mújica Láinez, Raúl Soldi, Héctor Basaldua y otros amigos que dejaron recuerdos de su paso por la estancia: pinturas, manuscritos y versos inspirados en la finca y en su dueña.
Desde siempre los Aldao Bombal, sus dueños, fueron anfitriones de excepción, hoy su finca está abierta también al turismo y sus huéspedes son tratados como amigos.
El laberinto
Siete mil plantas de arbustos boj “buxus sempervirens” cubren una superficie de casi dos hectáreas, formando un gigantesco libro abierto con senderos que dibujan el nombre del escritor, sus símbolos preferidos y las iniciales de María Kodama. Las plantas son consideradas las más apropiadas por la densidad de su follaje y su elegancia ornamental.
Randoll Coate, inglés, donó el diseño de este jardín cultural que se plantó en el 2003, gracias al empuje de Camilo Aldao hijo, el verdadero hacedor del laberinto más grande de América, junto con María Kodama, Carlos Thays, Gabriel Mortarotti, Andrés Ridois y Mauricio Runno.
En el 2011 en Venecia se plantó un laberinto igual. Cuando se inauguró se iluminaron los dos laberintos al mismo tiempo, en Italia y en Los Álamos, de Argentina.
Fuente:
www.arquitecturadecalle.com.ar