El arquitecto Lucas Berman es uno de los jóvenes arquitectos que han ganado un lugar destacado en nuestro medio. Nacido hace 35 años en San Carlos de Bariloche (Río Negro) además de sus labores como arquitecto independiente, trabaja en la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos e integra la Subcomisión de Patrimonio Arquitectónico de la Sociedad Central de Arquitectos.

En la actualidad participa de los trabajos de recuperación del Teatro Nacional Cervantes mientras prepara la presentación de una ONG relacionada con el concepto de bio-arquitectura.

 

– Cómo nace tu pasión por la arquitectura?

– Digamos que desde chico dibujaba «Casitas», pero creo que me di cuenta cuando sin querer, rompieron a palazos mi primer intento de maqueta, tenía 10 años y me molesto tanto que todavía me acuerdo. Luego curse la secundaria en un colegio técnico de construcciones, y de ahí para adelante el «trato» ya estaba cerrado.

 

– Cómo fue la experiencia de trabajar en Europa?. Conocemos actividades tuyas en España e Italia…

– El balance fue excelente, no solo me dieron las oportunidades que en ese momento no había acá, sino que también pude crecer y desarrollarme como profesional, sobre todo en áreas que solamente había escuchado que existían, como la restauración y puesta en valor o la bio-arquitectura y energías renovables.

– Por qué regresaste a trabajar en Argentina?

Todo ciclo se termina, uno cambia, cambian los sueños, las inquietudes, las necesidades, creía y creo que puedo «devolver» algo de lo que me ofreció Argentina, yo me formé íntegramente con la educación pública, y era el momento de hacer algo acá. Igualmente no descarto hacer otra experiencia en el exterior, justamente para capacitarme más en las áreas que no están desarrolladas.

Por otro lado, es habitual en nuestra profesión, uno empieza un proyecto, lo visualiza, lo diseña, lo calcula, lo presupuesta, si tiene la posibilidad lo construye, finalmente lo evalúa y recomienza el ciclo con otro proyecto.

 

– Estás trabajando en el Teatro Cervantes. En qué estado estaba el teatro y que nos podés contar de las tareas que allí se están realizando?

Lamentablemente el teatro está en un estado regular, si bien la voluntad de recuperarlo está presente y ya se realizaron las tareas de estudios previos para su restauración y puesta en valor, conjuntamente entre la Dirección Nacional de Patrimonio, el Teatro y la Aecid (Agencia de Cooperación Internacional Española) por motivos económicos no se llevarán a cabo por el momento.

– Cuál es el rol que ocupa en la actualidad la bio-arquitectura?. Podríamos definirla?

– Creo que de a poco estamos comprendiendo como sociedad global, que los grandes avances tecnológicos de los últimos dos siglos, traen aparejados grandes y graves consecuencias a nivel ecológico, y que ya es hora de reconectarnos con nuestras raíces, con lo artesanal, con las tradiciones locales, sin dejar de lado la tecnología actual, al contrario, utilizando las innovaciones como medios para un posible crecimiento y desarrollo sostenible.

Hoy en todo el mundo se habla de bio-arquitectura, se cree que es un tema novedoso y está en pleno auge, aunque no queda bien claro que es, de que se trata, que involucra, se piensa que es solo hacer «casitas de barro» con técnicas tradicionales, y según el caso puede que sea cierto, pero básicamente plantea que el diseño arquitectónico respete y aproveche las características naturales de su entorno, como la implantación o el asoleamiento, por ejemplo. Construir con materiales locales, evitando el transporte desde puntos lejanos; aprovechar al máximo las energías que se consumirán dentro de las nuevas y viejas construcciones evitando su gasto innecesario.

 

– Es un concepto que está desarrollado en la Argentina?

– Paradójicamente las comunidades más alejadas del «falso desarrollo» son las que más cerca están de este tipo de arquitectura, ya que mantuvieron las técnicas constructivas de sus antepasados y consiguieron transmitirlo de generación en generación. En el caso de las ciudades aun no está implementado masivamente, existen pocos y pequeños ejemplos desafortunadamente.

 

– Cómo está ese tema en el mundo?

– Es muy difícil generalizar, pero a grandes rasgos los países nórdicos y algunos países de la Unión Europea como Alemania, marcan tendencia a nivel mundial y están varios pasos adelante del resto, desarrollando construcciones con el uso de nuevos o mejores materiales e implementando la generación y el uso de energías renovables.

 

– Si te parece pertinente podemos hablar de la ONG…

– Como venimos hablando acerca del uso de nuevos o mejores materiales para la construcción y de la generación e implementación de energías limpias ya están aplicándose; pero está faltando un tercer punto fundamental para el cambio y es la difusión, la educación y sobre todo la concientización de la importancia de este cambio.

Nuestra ONG está basada en esto, por ahora recién estamos en la primera etapa que se centra en la difusión de prototipos, técnicas y materiales utilizados a nivel mundial, para más adelante hacer cursos y talleres prácticos de bio-arquitectura y energías renovables. Si bien es un gran desafío, creemos que el cambio no solo es posible, sino que es completamente necesario y en eso estamos trabajando.

 

– Si bien sos muy joven, tu amplia experiencia posibilita preguntarte cómo observás a la arquitectura argentina en relación con la europea?

Tenemos la misma ventaja que hace 200 años con respecto a los europeos, somos jóvenes como sociedad y aun tenemos todo por hacer, en cierto modo seguimos «despojados de identidad» pero en este caso particular no es una debilidad, sino una oportunidad para generar una nueva arquitectura sin ataduras previas. Si tomáramos conciencia de esto, sumado al buen nivel de preparación que tenemos, nuestro potencial es enorme.

 

 

– Te gusta cómo está la ciudad de Buenos Aires desde el punto de vista arquitectónico?

Vengo escuchando desde el colegio y pasando por toda la carrera en la facultad que «los edificios no son lindos o feos» asi que voy a tomar esa frase para responderte, la ciudad es un fiel reflejo de lo que somos como sociedad, creo que es una de las pocas cosas en las cuales somos coherentes, descuidamos a nuestros mayores, crecemos en forma dispar y desordenada y a veces es difícil encontrar puntos en común. En mi humilde opinión es una ciudad hermosa, pero no solo por los edificios o parques, sino porque tiene una atmósfera e identidad propia.

 

– Considerás que existe una cultura de cuidado del patrimonio?

Absolutamente no, salvo contadas excepciones de obras emblemáticas que conocemos como el Teatro Colon por citar alguna. Hace un tiempo creía que era cuestión de tiempo (de hecho lo es) y que se estaban haciendo cosas por el patrimonio, por nuestro patrimonio, pero este Bicentenario fue radicalmente claro para mi, teníamos la oportunidad de mostrarle al mundo quienes fuimos, quienes somos, y de que somos capaces, sin embargo pasó sin pena ni gloria en este sentido, los planes y proyectos que se llevaron a cabo fueron mínimos y fue más para «decir que hacemos» que para hacer realmente, es una desilusión enorme.+ 

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