Aprovechar la luz del día y rodearse de un bosque nativo, revestir la construcción con piedra y cedro, en un paisaje natural patagónico, pueden ser las mejores opciones para pensar en la sustentabilidad en un entorno soñado.
Quien haya tenido la posibilidad de conocer la Patagonia Argentina seguramente se sintió maravillado por sus hermosos paisajes, donde las montañas, los bosques y los lagos se funden para hacer un espectáculo natural inigualable.
Teniendo en cuenta la importancia de preservar el entorno, el Estudio Ramos desarrolló una casa donde se demuestra que es posible y necesario llevar adelante una construcción sustentable. Se trata de una edificación ubicada en Arelauquen, Río Negro, justo en la ladera del cerro Otto y con vistas panorámicas sobre el lago Gutiérrez.
Buscando intervenir en el lugar respetando al medio ambiente, esta edificación rústica se confunde con el entorno gracias a la incorporación de su techo verde. Los pastos nativos y flores pueden crecer perfectamente por encima de la construcción, asemejándose al suelo del bosque que la rodea y manteniendo la temperatura interior de manera tal que el aislamiento permita un ambiente ideal tanto en invierno como en verano.
Los grandes ventanales permiten aprovechar lo máximo posible la luz del día, contando con un exterior revestido de cedro y un interior con madera de pino. Asimismo, la estructura se completa con piedra de la zona tanto en las chimeneas como en los muros exteriores.
Se trata de un diseño que mantiene un diálogo con el entorno, tomando en consideración aspectos de la arquitectura sustentable como es el caso del impacto estético y contextual, sin descuidar tampoco el desempeño ambiental.
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