El arquitecto Eric Owen Moss, deja ver su imaginación en su obra «What wall?» que es el resultado de una intervención dentro del antiguo distrito industrial de Culver City.
Se trata, de hecho, de un antiguo edificio industrial rehabilitado y transformado en parte para albergar las oficinas de una empresa de informática. Los clientes requerían un espacio flexible, en el que se viese favorecida la interacción entre las diversas áreas y entre las personas que tendrían que trabajar allí.
Esta exigencia ha sido satisfecha confiando un papel estratégico al patio interior, espacio desde el que se reparten y hacia el cual convergen el resto de los demás espacios que resultan, así, potencialmente siempre interconectados. Todo ello, en cambio, no es visible desde el exterior, que de hecho se caracteriza por la continuidad del muro de 9 metros de largo. Es esta la verdadera fachada del edificio, constituida por 20 bloques de hormigón cortados a la medida.
La fluidez de esta fachada, completamente regular y carente incluso de aberturas en las plantas superiores, tanto que se parece a un simple muro, queda interrumpida por tres dobles ventanas de forma cuadrangular pero de perfiles fuertemente irregulares. Estas, completamente de acero, y de perfiles angulosos, crean un evidente contraste, de formas y materiales, con la estructura que revisten, que tienden a una forma circular y redondeada.
Otra analogía con otras obras del mismo arquitecto es la presencia de un elemento «fuerte» en una estructura marcada por líneas regulares y de una geometría simple.
Similares en sus dimensiones, se distinguen unas de otras por la posición y por el modo en que parecen querer cubrir o «agarrarse» a la «protuberancia» sobre la que están puestas. También ésta, sin embargo, tiene un perfil irregular que, junto a las aberturas, permite la entrada de la luz natural de la que pueden disfrutar, por tanto, las oficinas de dirección que ocupan sus interiores.
Aquí el proyectista ha concentrado su intervención, reduciendo en cambio al mínimo las obras en los demás espacios del edificio, que simplemente han sido rehabilitados y a los que se les ha dado nuevas funciones.
Una estrategia, ésta, en línea con la predilección de Eric Owen Moss por lo imprevisto, por las contaminaciones, pero sobre todo por una evolución en la que nada se deja a la casualidad, sino de la que trasluce siempre la búsqueda de lo nuevo, el deseo de experimentar soluciones inéditas. Es precisamente del contraste entre el muro y esta repentina transformación suya de la que ha surgido el nombre del nuevo edificio, rebautizado precisamente como «What wall?».