Sus diversos estilos y combinación de funciones han logrado integrarlas en la decoración, convirtiéndolas en parte fundamental del proyecto.
Las escaleras han dejado de representar un mero nexo vertical para convertirse en un elemento inevitable de diseño y de impronta personal de un proyecto que los arquitectos no pueden dejar al azar. Han evolucionado y son verdaderos lugares de disfrute y variedad que se ajustan a las necesidades de sus dueños.
Este aprovechamiento del espacio no es nada novedoso, pero su posibilidad de combinarla con otras funciones es ilimitada. Pueden utilizarse como biblioteca para aprovechar el espacio al igual que el diseño “Bookcase staircase” de Levitate Architects, como barra o escritorio de Soho Arkitektur, para generar espacios de guardado, divisiones virtuales al emplear cristal, o simplemente destacarse como parte original del mobiliario.
Diseño creativo para guardar libros / Levitate Architects
“La arquitectura de la escalera te da muchas variantes de funcionamiento que te permiten utilizar el espacio realmente y no sólo visualmente”, asegura Raúl Suárez, fundador de la empresa de construcción de escaleras ELEVE.
Carlos Paredes, arquitecto de familia, también afirma que “una escalera, como todos los demás elementos de una casa, puede ser un lugar con diseño. No existen recetas o catálogos. La clave es analizar cada caso desde el proyecto”.
El poeta mexicano Homero Aridjis recita “la escalera, que con el poema se hizo, sin las palabras se deshizo”, ilustrando a la perfección la dualidad de las escaleras que a veces contraponen diseño con funcionalidad. Una situación típica es que la gente pida que se incluya una determinada forma en huecos o espacios que no son los ideales para aplicar ese estilo.
“La casa demanda la escalera y no la gente. Se tienen que resignificar los espacios”, confiesa Paredes. Por eso el lugar influye en el diseño, ya que a veces no es necesario aprovechar el espacio sino que hay que evitar cortar espacios. La escalera debe jugar a favor del ambiente y tiene que ver netamente con el funcionamiento de la vivienda.
Cuando esta es protagonista sale del Living o del Hall, mientras que cuando se trata de escaleras entre muros suelen salir desde un pasillo. Si es una segunda planta independiente se prefiere utilizar las conexiones externas para favorecer la privacidad, siempre evitado quitar luz al resto de la casa o desperdiciar el pequeño patio.
“Utilizar pasos alternados ahorra mucho espacio y si se hacen en metal desplegado permite el paso de la luz. En departamentos o casas con techos altos, se utilizan mucho las marineras para los entrepisos”, destaca el diseñador Suárez al momento de simplificar.
A pesar de la diversidad de estilos y funciones, la premisa es siempre la misma. Generar sinergia con el resto de la arquitectura del hogar y hacer el paso más ameno.
“Cada caso esconde una solución conveniente por más imposible que parezca”, concluye el arquitecto Paredes.
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