El arquitecto Néstor Deolindo Nogueira, nacido en La Plata en 1931, falleció a los 80 años. Reconocido por su estilo personal y dueño de una obra prolífera que incluyó emblemáticas construcciones de acceso público y proyectos particulares, proyectó gran parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad de La Plata.
Exponente de la época vanguardista del diseño edilicio platense, reconocido por su estilo personal y dueño de una obra prolífera que incluyó emblemáticas construcciones de acceso público y proyectos particulares, falleció a los 80 años, el arquitecto Néstor Deolindo Nogueira.
Había nacido en La Plata el 11 de noviembre de 1931 y era hijo del trabajador ferroviario Deolindo Nogueira y la docente María del Carmen Velázquez. Luego de cumplir con la educación primaria en la Escuela Nº 79 siguió los estudios secundarios en el colegio industrial “Albert Thomas”, de donde egresó con el título de maestro mayor de obras. De genio emprendedor y convencido de la importancia del desarrollo profesional, mientras se brindaba a la docencia como profesor de la tradicional escuela técnica de la avenida 1 completó su formación en la facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires -UBA-.
Muy joven, y todavía cursando materias en la UBA, ingresó al ministerio de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires. En esa cartera, aunque no permaneció muchos años porque terminó optando por el trabajo independiente, que crecía día a día, alcanzó el cargo de jefe del Departamento de Arquitectura.
Parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad de La Plata fue proyectado por Nogueira. Especializado en templos religiosos, ideó la parroquia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet, una obra con características peculiares, de líneas puras, despojada de ornamentos y especialmente pensada, según explicó el profesional en alguna ocasión, para que no haya distracciones en los encuentros con la fe cristiana. Otra parroquia, Cristo Rey de Villa Elisa, también levantada bajo su dirección, despertó elogios por lo original de sus formas. La última intervención de Nogueira en diseños de iglesias fue en el templo mayor de la Ciudad, cuando participó, junto a otros arquitectos, de la terminación de la Catedral, con las dos elevadas torres que estaban contempladas en el plano original pero que recién fueron terminadas de construir en 1999.
Además fue responsable de iniciativas vinculadas a programas educativos y proyectó, por caso, jardines de infantes en ciudades del Gran Buenos Aires como Avellaneda y Merlo. Socio vitalicio del Club Universitario, tuvo una actuación en alguna de las etapas de reforma de la sede de la institución, en la calle 46 entre 2 y 3.
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