De estilo neogótico, construida íntegramente en ladrillos, la Catedral Metropolitana de La Plata se ubica en el centro geográfico de la capital de la provincia de Buenos Aires y es uno de los templos católicos más grandes de Latinoamérica.
En 1884, en una emotiva ceremonia que terminaba de consolidar el monumental emprendimiento del gobernador Dardo Rocha al fundar una nueva ciudad como capital de la provincia, se colocó la piedra fundacional de la Catedral de La Plata. La obra se inspiró en las catedrales construidas en Europa en la Edad Media, a las que, de manera despectiva, los hombres del Renacimiento italiano llamaron “Góticas”, por considerarlas hechas por los godos, los bárbaros.
A fines del siglo XIX la fiebre del historicismo -la voluntad de los arquitectos de diseñar inspirados en modelos de la historia- encontró aquel lenguaje de los años 1100 y 1200 como el más adecuado para diseñar un edificio religioso, como símbolo manifiesto de una sociedad con sed de fe única, que empujó a las ciudades del Medioevo a construir –como gran obra colectiva—esos enormes templos que aspiraban a llegar al cielo. A estar lo más cerca posible del Creador.
La catedral platense fue diseñada –luego de un concurso de ideas fallido—por el Departamento de Ingenieros Bonaerense, liderado por el ingeniero Pedro Benoit, con quien colaboraron los arquitectos Ernesto Meyer y Emilio Coutaret. Éste último también coautor del Palacio Municipal de Bahía Blanca (1904).
El templo se organizó, en cuanto a su propuesta espacial, como una combinación de la catedral Notre Dame de Amiens, en Francia, construida a partir de 1220, y la de Colonia, en Alemania, iniciada en 1248. Con el número de naves de Colonia, la disposición del crucero de Amiens y el coro de ambas, el edificio cuenta con 7 mil m2, por lo cual es superado en superficie sólo por las dos obras mencionadas, la Catedral de Florencia y la de San Pablo, en Londres.
La construcción
A fines de 1885 los trabajadores tiraron los ejes de la obra, dando comienzo formal a los trabajos.
Desde los característicos arbotantes que utilizaron los constructores de la Edad Media para sostener y contrarrestar los empujes de las bóvedas de crucería, hasta el resto de los componentes de esta obra, son los mismos que hicieron del gótico un lenguaje tan particular. Arcos ojivales, rosetón en el acceso, vitrales, torres y pináculos, gárgolas y gran preponderancia del eje vertical son parte del diseño.
Las columnas interiores (cuatro por cada bóveda), se hicieron con mano de obra especializada y piedra traída de Punta Mogotes, Mar del Plata. Al igual que en la época medieval, la construcción no fue producto de una sola generación. Treinta años tardaron los muros en alcanzar el nivel de los ventanales superiores.
En 1925 comenzó la colocación de las cabreadas de la nave central y del transepto, para una cubierta que se terminó cinco años después. Sin estar completada, fue inaugurada 47 años después de iniciada, en coincidencia con los 50 años de la fundación de la ciudad. Desde entonces, y por casi 60 años, quedarían pendiente de terminación las dos torres de la fachada, pensadas para rematar, como las de Colonia, en elevadísimos pináculos.
Típico del espacio gótico son los vitrales del edificio, los cuales en la Edad Media transformaron el oscuro interior del templo románico en un verdadero canto a la luz. Ilustrados con imágenes religiosas –los vitrales cumplían además una función educativa dando a conocer distintas historias contenidas en la Biblia- los de La Plata fueron traídos desde Alemania y Francia, realizados en los talleres de Lorin y Maumejean. Contienen 216 escenas del Antiguo Testamento y 27 vitrales con iconografías del Nuevo Testamento.
Las torres quedaron sin terminar hasta 1995, cuando se retomaron las tareas. Para ello se debieron realizar importantes trabajos estructurales en los cimientos, de modo de asegurar su estabilidad. Cada una tiene 111,70 metros de alto, con un primer tramo de ladrillos, que se extiende hasta los 63 metros. El segundo, de 20 metros, está construido en símil piedra color blanco y el último, de 30 metros, está laminado en cobre.
A fines de 2000 se agregaron cuatro torretas de 56 metros y dos que llegan a los 39 metros. Además, 200 conjuntos de pináculos organizados en 20 tipos, que incluyen 761 agujas mayores y 33 menores. Cada una de las nueve torres expresa un mensaje. La del crucero representa el Pantocrator. Vista de frente, la torre mayor de la derecha representa a la Virgen María (allí se encuentra el campanario),mientras que la de la izquierda representa a Jesucristo. Las cuatro torres secundarias aluden a las virtudes cardinales: Fortaleza, Justicia, Prudencia y Templanza.
La Catedral, dedicada a la Inmaculada Concepción, es el mayor templo Neogótico de América del Sur y, a diferencia de las catedrales góticas que recurrían a la piedra, el templo platense es de ladrillo, lo cual le otorga un tono único, completamente rojizo, que destacan sus 76 metros de frente y 120 de largo.
Conforme el proyecto de Benoit, se desprenden 56 imágenes religiosas en el frente y las torres. La pieza mayor, dedicada a la Inmaculada Concepción, se ubica en el frontón principal y la acompañan trece en el portal. Otra obra deslumbrante es el vitral del rosetón, de 180 metros cuadrados, compuesto por 25.000 piezas.
Con su importante eje de recorrido, que conduce a una zona del altar y coro impactantes, y por su fuerte dominio de la verticalidad, que evoca aquel espíritu medieval, recorrer la catedral es una experiencia mística, edilicia y espacial única.
>FICHA TECNICA
Tipo: Catedral
Ubicación: 14 entre 51 y 53. La Plata, Argentina.
Construcción: 1884-1999
Autores: Ing. Pedro Benoit y Arq. Ernest Meyer.
Estilo arquitectónico: Neogótico
Si bien la catedral de La Plata es un emblema del neogótico en el país, no fue la única resuelta en ese estilo. También tienen esos lineamientos los templos principales de Luján, Azul, San Isidro, Mar del Plata, Bariloche y Mercedes, entre otros.