Gernot Minke, el arquitecto que construye con tierra y plantas, es considerado como el padre de la bioconstrucción. Propone hacer casas 100% compatibles con el medio ambiente.

Sus viviendas denotan una clara componente plástica por la técnica constructiva que utiliza. Barro en forma de “churros” que se van sumando para componer un cerramiento. De esta manera la textura de los muros y el efecto visual enriquece de gran manera los espacios de la vivienda. Sus elecciones siempre encajan dentro del concepto de arquitectura ecológica o de Bioconstrucción. Materiales naturales como la arcilla, la madera, la paja, la tierra, piedra… materiales con escasa industrialización, poca huella ecológica y una repercusión inapreciable en el entorno y la salud del ser humano. En un mundo donde todo está procesado, tratado químicamente y totalmente adulterado, donde los productos que utilizamos en nuestras viviendas suelen provenir de derivados del petróleo y en muchos casos emitir niveles de contaminación al aire que respiramos; las viviendas de Gernot Minke suponen un oasis en el desierto. Una forma ecológica de construir, interactuando de una forma natural con el entorno, y por lo tanto una visión sostenible de la arquitectura.

Una de las principales características de su arquitectura, y en la que se ha ido especializando es en las cubiertas verdes y la repercusión en el confort y el comportamiento climático de las viviendas. Mediante trabajos de investigación minuciosos se llega a los espesores idóneos, las especies, el tipo o espesor de las capas que las componen o la forma geométrica.

Viviendas ecológicas, sanas y sostenibles porque suelen estar hechas con materiales de la zona, y autoconstruídas. Viviendas que cuentan con un comportamiento climático óptimo, y que en general por su diseño con un patio central y un lucernario ventilan, iluminan y refrescan en la medida en que los habitantes lo necesitan. Unos diseños de cierta expresión hippie y desenfadada que generan espacios de gran carácter y encanto.

 “Uno de mis temas de investigación es la construcción de los techos verdes; este es un aspecto muy importante para Mendoza y para el mundo, porque se trata de utilizar la propia vegetación del lugar” [1], destaca en un perfecto español este alemán de 76 años. “Sólo hay que buscar plantas del lugar, que sean silvestres. Permiten un buen aislamiento».

“El 6% del CO2 producido por la humanidad en el planeta es por el uso de cemento en la construcción”, asegura el investigador que levantó su casa de ladrillo crudo, barro y plantas silvestres con sus propias manos hace ya 20 años, en la localidad de Kassel, Alemania, donde aún vive.

– ¿Cuáles son los beneficios de una casa con techos fabricados con la vegetación del lugar?

– “Permiten un buen aislamiento térmico para la casa, tanto en verano como en invierno”.

– ¿Ha logrado difundir su experiencia con este tipo de construcciones a nivel mundial?

– “Sí, en Asia, Europa, Chile, Ecuador, Bolivia. Colombia, Brasil y Argentina he podido mostrar mis investigaciones con muy buenos resultados”.

– ¿En cualquier lugar del mundo se puede construir una casa con techos verdes?

– “Sí; sólo hay que buscar plantas del lugar, que sean silvestres”.

Otro aspecto sobre el cual este referente de la bioconstrucción  nunca dejó de investigar, tiene que ver con la posibilidad de levantar muros y crear espacios habitables y sismorresistentes, ocupando barro en lugar de hormigón.

De hecho, tiempo atrás, Minke realizó con éxito una demostración de este tipo en Perú. La prueba consistió en instalar una bóveda de barro sobre una mesa vibratoria que simuló un terremoto. La construcción permaneció intacta pese a los movimientos.

– Desde el punto de vista ambiental, ¿cuál es el saldo a favor  que genera la bioconstrucción?

– “Los materiales que se utilizan  son no industrializados, por lo tanto producen menos impacto en el medio ambiente. Lo que se busca es utilizar los materiales que hay en cada lugar.

– ¿Qué características debe tener una estructura antisísmica hecha de barro y vegetales?

– “Hay dos posibilidades. Una es construir con un material muy macizo, como el sistema de tapial. La otra es construir de manera flexible o dúctil, de modo  que la energía del sismo sea absorbida por deflexión”.

“He notado que prevalece un gran prejuicio social basado en el desconocimiento”, lamenta el investigador y destaca la necesidad de generar una mayor concientización en este sentido dentro del ámbito educativo.

Bio

Gernot Minke, arquitecto y catedrático de la Universidad de Kassel, actualmente dirige el Instituto de Investigación de Construcciones Experimentales. Desde 1974 se han llevado a cabo más de 30 proyectos de investigación y desarrollo en el campo de construcciones ecológicas, viviendas de bajo costo y especialmente en el campo de las construcciones con tierra. Ha diseñado varias edificaciones privadas y públicas, donde el barro es material predominante. Sus obras se encuentran no sólo en Europa, sino también en América del Sur, América Central e India. Ha publicado varios libros (algunos editados por EcoHabitar) y más de 200 artículos. Ha participado como invitado en más de 30 conferencias internacionales. Asimismo, ha dado numerosos cursos en Guatemala, Paraguay, México, Venezuela España y conferencias en diferentes universidades del mundo.

www.gernotminke.de

Fuentes:

www.losandes.com.ar

www.hogarismo.es

 

 

 



[1] Entrevista publicada en el Diario Los Andes.