Juan Carlos Baumgartner es uno de los arquitectos mexicanos jóvenes más reconocidos por sus diseños.
A sus 41 años, Baumgartner está convencido que la arquitectura debe descubrir cómo mejorar la vida de las personas, además de ser estética y funcional: “Todos los espacios bellos que la gente no disfruta o no se conecta con ellos, no funcionan; ahí radica la diferencia entre hacer arquitectura y escultura”.
Admirador de Luis Barragán, el director de Space México es autor de la Torre Chapultepec Polanco y su jardín vertical, de las oficinas de Google y es además ganador del Premio CIDE por Trayectoria de Excelencia 2012.
Entrevistado en las oficinas de Space México, firma de la que es fundador y director, el arquitecto especializado en interiorismo corporativo habla de su pasión, de la necesidad de humanizar los espacios y de la moda verde.
“La arquitectura es un novia celosa, porque no da chance de tener hobbies, y si te dedicas a otra cosa, te lo cobra. No solo es posesiva, el problema es que tú tampoco la quieres dejar. Hacer arquitectura es adictivo”, confiesa.
La imagen del arquitecto experimentado (su último reconocimiento: el Premio Iberoamericano CIDI por Trayectoria Profesional de Excelencia México 2012) contrasta con su look roquero y juvenil. De espaldas a la pared donde cuelgan sus múltiples reconocimientos, Baumgartner mantiene un estilo sobrio y sereno.
Se sabe seguro en su disciplina, y se emociona al hablar de la pasión que ha hecho su vida: “Por una deformación, todo lo traduzco en arquitectura. Si estoy en el cine estoy viendo iluminación, color y el uso del tiempo, la música, absolutamente todo. Soy como una gran licuadora en la que todo lo que avientas se termina mezclando y así surgen los proyectos”.
Además de que la UNAM es su alma máter, considera el campus universitario, junto con la zona del Pedregal y el Museo de Antropología e Historia, los referentes arquitectónicos más bellos del DF.
—¿Y cuál es el lugar más feo?
—No hay sitio más feo que una oficina de gobierno, son deprimentes. Estos lugares rankean mi lista.
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Hablar de su trayectoria es hablar de una larga lista de proyectos. Entre los más conocidos están la Torre Chapultepec Polanco y su jardín vertical; las oficinas corporativas de Google México, Santillana, Volaris y Microsoft, además del multipremiado proyecto de la Torre Efizia, aún no construida.
Padre de tres niños, Juan Carlos se irrita cuándo se le pregunta sobre su proyecto favorito: “Equivale a preguntarme a cuál de mis hijos quiero más. Cada proyecto da satisfacciones diferentes; unos porque han hecho muy felices a sus clientes, otros por recibir premios nacionales e internacionales; otros más porque rompen nuestro propio esquema”, contesta.
Admirador del grupo de rock estadunidense Dave Matthews Band, habla también sobre la celeridad con la que se construye la arquitectura en nuestro días, lo que repercute en su calidad: “Me molesta que los clientes tienen cada vez más prisa. La gente entiende menos que el tiempo va de la mano con el buen diseño. Mientras más tiempo le dedicas a un proyecto, mejores diseños surgen, no importa qué tan talentoso sea el arquitecto. Creo que esta industria se ha vuelto más apretada en costos y tiempos”.
Considerado una de las “10 promesas de la arquitectura mexicana” por la revista Obras, los diseños de Baumgartner son reconocidos por su compromiso con el medio ambiente, aunque la cualidad de “verde” no es el único sello que distingue su arquitectura: “Mi valor agregado no radica en hacer arquitectura sustentable. Los que están apostando por esto se van a quedar sin trabajo muy pronto, porque nosotros lo que hacemos es buena arquitectura. Por default, todo lo que hacemos es verde, porque así debería de ser, no porque sea nuestra especialidad”.
—¿Se ha abusado del término sustentable?
—Sí. No satanizo a la gente que decide subirse a la moda, la verdad es que si es por moda, conveniencia o convicción, mientas estén comprometidos con el ambiente me da igual. Lo que creo que sí ha sucedido es que hay un gran desconocimiento de este tema y cualquiera le llama arquitectura sustentable a muchas cosas que no lo son.
“Toda la arquitectura debe ser sustentable. Creo que ahí tenemos el primer problema: no deberíamos estar haciendo otra arquitectura que no sea sustentable”.
Admirador del arquitecto mexicano Luis Barragán, afirma también que el tema de la sustentabilidad se “subestima” y ofrece datos: “Alrededor de 70 por ciento de la energía que se consume en el planeta la consume la arquitectura, un tercio de toda la basura que genera viene de allí, el 75 por ciento del agua potable se va a edificios. Yo no creo que puedas lograr una sociedad sustentable a largo plazo si no se involucra a quienes están haciendo arquitectura”.
Abunda en lo que considera un tema de primer orden y que le fue legado por sus padres: “Ni siquiera la industria automotriz consume tanta materia prima del planeta como la arquitectura. Solo así nos damos cuenta de la trascendencia que tiene cambiar la forma en la que la hacemos”.
A pesar de que se dice “enamorado” de la ciudad de Chicago, donde fundó con otro socio la firma Space Internacional en 1999, Baumgartner se dice feliz de vivir en México, porque “aquí hay muchísimo que hacer”.
Entre sus proyectos actuales se encuentra el proyecto del laboratorio de la sustentabilidad para el Departamento de Biología de la UNAM, como parte de la entrega constante a su “novia celosa”.
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