Los Earth Ships, su término en inglés, son casas fabricadas con basura reciclada y autosustentables que se adaptan a los recursos naturales del lugar y utiliza poco o nada de combustibles fósiles para proporcionar todas las comodidades modernas.
Este movimiento comenzó en 1970 de la mano de Michael Reynolds, y el objetivo era crear una casa que cumpliera con tres requisitos: Arquitectura sustentable a partir de la utilización de materiales reciclables siempre que sea posible: fuentes de energía completamente naturales, independiente de los servicios convencionales, para disminuir la vulnerabilidad ante desastres naturales o inconveniente en los servicios, y además debe ser accesible económicamente a cualquier persona promedio que no esté especializada en construcción
Nuestro país ya cuenta con este tipo de casa autosustentable. Fue Reynold junto a 50 voluntarios de todo el mundo e integrantes de la Fundación Naturaleza Aplicada a la Tecnología (NAT), quienes decidieron instalar una vivienda en Ushuaia con neumáticos, botellas, restos de lavarropas y latas de gaseosa.
La iniciativa contó con el apoyo del intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, quien puso a disposición del equipo el predio, situado en inmediaciones del Polideportivo Municipal, y los materiales para la obra. A través del programa Ushuaia Recicla se otorgaron 333 neumáticos, 3000 latas de aluminio, 5000 botellas de plástico y 3000 de vidrio.
Estas “Naves de Tierra” minimizan el impacto sobre el medio ambiente y pueden sustentarse independientemente de los servicios convencionales. Esto se logra ya que además de ser construidos con materiales reciclables y naturales, su estructura permite la aislación térmica, la utilización de energía solar o eólica. También, mediante el sistema de aguas grises, el agua de la ducha, la pileta del baño y la pileta de la cocina es reutilizada en el inodoro. Finalmente, a partir de la fitoremediación, el agua es filtrada y puede ser usada para regar las plantas.
El proyecto se realizó en el marco del artículo 78 de la Carta Orgánica de Ushuaia, que considera al ambiente como “patrimonio de la sociedad” y sostiene que “las autoridades, con la participación y el compromiso de toda la sociedad, proveen a la protección de ese derecho”.
Actualmente, esta vivienda se utiliza como un espacio para difundir este conocimiento y replicar la experiencia.