La ciudad es un organismo que está en constante proceso de transformación. Pero la delimitación de áreas o lugares de interés histórico, tiene que ser flexible, para evitar la segregación urbana. Como elementos de la política urbana, las áreas o lugares de interés histórico, antes que generar fracturas deben propender a producir integración.
La ciudad es un organismo que está en constante proceso de transformación. Pese a esto, hoy se trata de urbanizar la ciudad existente en su lugar más emblemático de concentración histórica y funcional: los centros históricos, pero en un momento en el que se plantea una nueva integración de ellos con toda la ciudad en el marco de la globalización, que lleva a definir sus nuevas funcionalidades como la pérdida de otras.
Estos cambios que viven las ciudades y sus centros históricos hace por tanto necesario un cambio de paradigmas con lo se ha venido actuando.
En la actualidad, se considera que toda la ciudad es histórica y por tanto que sus partes también lo son. Esta concepción plantea la necesidad de pensar más en la perspectiva de cambio y transformación de los centros históricos que de su conservación a la manera de regresar o congelar la ciudad en un momento histórico particular, por más importantes que este sea, por ejemplo: DE SU ORIGEN.
Los centros históricos de una ciudad, concentran un importante patrimonio, sus funciones centrales y el tiempo como noción de antigüedad. Lo que no significa que sean una unidad autónoma e independiente. De este modo, la delimitación de áreas o lugares de interés histórico, tiene que ser flexible, y no puede corresponder a la fijación de fronteras que añadan más elementos a la segregación urbana. Por el contrario, como elementos de la política urbana, las áreas o lugares de interés histórico, antes que generar fracturas deben propender a producir integración.
“El Patrimonio de una ciudad no está dado solamente por edificios paradigmáticos y singulares sino fundamentalmente por aquellos que enlazan el tejido urbano, de naturaleza sencilla y muchas veces complementarias, que también merecen ser conservados. Esta ampliación del concepto de lo patrimonial ha permitido que se asignen valores a obras arquitectónicas de determinados períodos o a movimientos artísticos, a edificios de uso comercial o industrial, a conjunto de construcciones aisladas o reunidas que por su integridad con el paisaje adquieren un valor especial a sitios y lugares de interés desde el punto de vista de la historia o del arte”. (Arq. María de las Nieves Arias Incollá).
Debemos aceptar que nuestra sociedad es totalmente heterogénea y responde a, cada vez más, diversos patrones, siendo esta diversidad uno de los mayores tesoros que encierran nuestras urbes. Necesitamos una ciudad en la que LO PATRIMONIAL esté al alcance de todos. El reto de todas las ciudades se encuentra hoy en la construcción de diagnósticos y propuestas para el diseño de políticas urbanas que permitan definir áreas de interés patrimonial interrelacionadas entre sí, dentro del contexto urbano total.
Sociedad de Arquitectos de Corrientes Delegación Goya
Fuente: