Cuanto más cómodos, mejor se trabaja. Según un estudio realizado por Steelcaase, empresa americana que brinda servicios para solucionar conflictos en las oficinas de trabajo, un 89% de los trabajadores a nivel mundial protagonizan una sensación de desvinculación con su espacio laboral. Para lograr una combinación democrática del espacio que se dispone, en donde el diseño nos brinde una integridad, una parte humanística del complemento funcionario, los arquitectos deben pensar en la bioarquitectura como una salida a esta problemática de las viejas oficinas construidas y diseñadas en función de los empresarios y no de los trabajadores. La idea para los nuevos lugares de trabajo es que cuenten con una puesta interior en donde los trabajadores se sientan cómodos, parte del todo, y por ende, mucho mejor predispuestos a realizar sus actividades. Y mucho tiene la bioarquitectura para resolver y modernizar a las antiguas oficinas duras y estructuradas, de colores oscuros y de poca luz. La presencia de verdes vivos, espacios blancos, muebles de colores cálidos y ventanales amplios de mucha luz son algunos de los recursos utilizados por esta nueva forma de conglomerar a los trabajadores. Se trata de acercar la naturaleza a un ambiente que parece no tener mucho que ver con ella: la oficina. Veamos algunos diseños:
Por Agustina Pozzo