unnamed (5)Estamos llegando al final de nuestro verano, tiempo de descanso, vacaciones y relajamiento de la actividad humana en general. Sin embargo, este verano también nos ha dejado un lamentable testimonio del efecto de nuestra cultura y su acción sobre el ambiente del que formamos parte, o dicho de otro modo, sobre nosotros mismos. Gran parte del país se vio afectado por manifestaciones climáticas extremas: temporales, inundaciones, poblaciones arrasadas por las aguas, pérdida de vidas humanas, fauna y flora. Además, fuimos testigos de incendios forestales que devoraron enormes y extensos bosques nativos irrecuperables y toda la vida animal que los tiene como hábitat. Desgraciadamente, todas estas manifestaciones del clima son consecuencias directas del Cambio Climático que estamos viviendo y que nos tiene como responsables directos en nuestra forma de vivir, consumir y de los valores que priorizamos en nuestro día a día. Podemos y debemos actuar ya, y el Estado en sus diversas manifestaciones (provincial, municipal y nacional) debe liderar este proceso de replanteo y de cambio en nuestras prácticas, construyendo puentes que permitan a los ciudadanos cambiar el sentido en su hacer diario. Un ejemplo en dicho sentido, es que en la Ciudad de Buenos Aires hace dos años que la Legislatura de la Ciudad voto una ley promoviendo la construcción de Techos y Terrazas verdes, y todavía duerme en los cajones al no estar reglamentada.
Sanatorio Finochietto – Buenos Aires
El gobierno de la ciudad ha tomado varias medidas que apuntan a objetivos ambientales, como las bici sendas, centros de reciclado, intentando reducir los residuos urbanos, pero esta ley que bien aplicada puede cambiar la ecuación de espacios verdes en la ciudad no la reglamentan.
El Estado Nacional podria tambien fomentar este tipo de medidas, al igual que en otros paises, a traves del otorgamiento de creditos blandos para productos de consumo sustentable, formando asi a un nuevo consumidor.
Pensemos un poco, la ciudad de Buenos Aires tienen un déficit enorme de espacios verdes, siendo el Parque 3 de febrero (Bosques de Palermo) con 187 hectáreas el más grande de la ciudad. Por otro lado poseemos 150.000 edificios de propiedad horizontal, además de casas y locales comerciales de diversa índole. Si se instalara nada más que 25 mts2 de techos verdes en cada uno de los edificios de propiedad horizontal significaría tener un parque aéreo de 375 hectáreas, cambiando absolutamente las condiciones ambientales de la ciudad. Se lograria bajar la temperatura, reducir el riesgo de inundaciones, disminuir la cantidad de CO2, mejorar la calidad del aire, disminuir el uso de aires acondicionados. Las ventajas son enormes, pero sobre todo podemos empezar a ser coherentes con lo que pregonamos y sabemos que es necesario hacer para preservar nuestro ambiente o mejor dicho nuestra supervivencia como especie. No demoremos más, actuemos iluminados con la luz de nuestra inteligencia y no por la oscuridad de nuestros bolsillos.

Fuente: Verdes Aires