1309813106foto153Casa El Cerro es una villa de gran elegancia, fuerte de su relación íntima con el territorio.

Obra de Edgardo Minond, se encuentra a 15 kilómetros de distancia del mar, en las montañas de La Ballena, próxima a Punta del Este, en Uruguay.

El motor y la energía del proyecto viven en el carácter del paisaje. Imponente, contrastante, visceral, el territorio sugiere la forma de la casa, su vocación por el lenguaje de la estratificación, la elección de los materiales.

Puros, naturales, cromáticamente cercanos a los tonos de la tierra, enganchan la casa al paisaje, como si fuera un fruto engendrado por sus humores. Es la piedra el material predominante, empleada en seco en losas largas y estrechas, o en bloques mas macizos para el basamento. Una elección dictada por la voluntad de establecer una continuidad y una confianza materica con la naturaleza del suelo, de piedra.

El territorio es salvaje, falto de infraestructuras, difícil de alcanzar. Un contexto que contribuye a dibujar un área romántica y vehemente alrededor de la villa, lugar dirigido a la meditación, a la interacción intima y espiritual con la naturaleza. Casa El Cerro preve la casa patronal, un edificio destinado a los servicios, la piscina y el alojamiento para los huéspedes. Los diversos bloques son de material lapideo, a excepción del volumen que alberga la cocina -completamente de madera oscura- que «vuela sobre las rocas» orientándose hacia el campo. Los diversos cuerpos de la vivienda están distribuidos según una articulación dictada por la inclinación del terreno: mientras que la casa patronal domina y se ofrece al horizonte, los edificios secundarios resultan más escondidos, apartados.

A pesar del carácter cerrado e introvertido de la textura del revestimiento, la casa se entrega a amplias vistas sobre el paisaje, enmarcadas por generosas aberturas sobre la Laguna del Sauce. El salón duplica su superficie con un patio al aire libre que se asoma hacia el paisaje.

Casa El Cerro ha conseguido el Premio Bienal de Arquitectura SCA-CPAU 2006, organizado por la Sociedad Central de Arquitectos y por el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo. El jurado ha subrayado la maestría con la que el autor de la obra ha logrado proyectar una casa capaz de expresar el carácter agreste de la montaña y el de ensueño del mar, la fuerza estática de las cadenas montañosas y el ímpetu dinámico de las aguas del océano. A la vez que una interacción poética y sensible entre el espacio construido y el paisaje natural.