Buenos Aires tiene muchos lugares tradicionales que, con el paso del tiempo, se han convertido en sitios de referencia. Uno de esos lugares es la Librería Concentra, un espacio donde se respira historia, arquitectura y el magnífico aroma de los libros.
Para esta edición de C+T elegimos entrevistar a Raquel Reich, actual propietaria de Concentra, como una verdadera referente de la actividad. Basta acercarse al local ubicado en la sede de la Sociedad Central de Arquitectos, para observar que allí no sólo se venden libros, sino que ese ámbito es un lugar de reunión, un punto de encuentro para los arquitectos de ayer, hoy y mañana.
«La idea de la librería surgió porque mi papá tenía una editorial y había pergeñado un catálogo para los arquitectos pero que no sería pagado por ellos, sino por empresas como Alba, Pajarito u Otis a través de publicidad. Nosotros vivíamos a una cuadra y media de Galerías Pacífico y mi papá pasaba por allí todos los días para ir a la oficina. Mientras preparaba el catálogo encargado por el estudio Aslan y Ezcurra -que estaba remodelando el Bon Marché, luego Galerías Pacífico- le dijo al arquitecto José Aslan, que era con quien trataba, si no sería posible alquilar un local pero que no tenía mucho dinero para ello. Aslan le preguntó que quería poner allí y mi papá le contestó que quería abrir una librería, el sueño de su vida. Aslan prometió ayudarlo si mi padre traía libros de arquitectura».
– Qué gran ayuda para iniciar un emprendimiento…
– Lo ayudó mucho ya que en ese momento alquilaban los locales sin los cristales y nosotros teníamos seis inmensos cristales y poco dinero. Pero gracias a la ayuda de Aslan el local fue entregado con los cristales colocados. El local tenía menos de seis metros lo que llevó a pensar a mi papá en poner sólo libros de arquitectura dado el poquísmo espacio con el que contaba. La librería se inauguró el 30 de julio de 1946 y mi mamá contaba que se acercó un policía a observar dado que nadie había visto un local tan chiquito que no fuera para kiosco. Yo tenía cuatro años y recuerdo que fui la «primera trabajadora» dado que pasaba un plumero en algunos lugares a los cuales era imposible acceder.
En febrero de 1951 fallece Herman y Lily se hace cargo de comandar los destinos de Concentra. Pocos años después, en 1955 Raquel comienza a trabajar en la librería junto a su madre. Todo cambiaría en 1980 cuando cierran las Galerías Pacífico y debieron buscar nueva casa.
«Fuimos a Maipú 732 un local grande pero que a mi no me gustaba. Era de esos locales «tipo tranvía» y a mi me agradan los lugares cuadrados que parece que contienen».
También en el mes de febrero, pero de 1984, fallece Lily y así como tras la muerte de Herman fueron los clientes-amigos los que ayudaron a Lily a elegir libros y revistas casi a modo de «entrenamiento» en la materia, ahora fue Raquel quien recibió todo ese afecto y acompañamiento en una nueva etapa que como ella misma señala «no fue fácil».
– Lo increíble de la historia es que tantos años después reaparece la familia Aslan en su vida…
– A fines de los años ’80 un arquitecto me comentó que en la Sociedad Central de Arquitectos estaban refaccionando y me dijo «por qué no averiguás si te dan un localcito aunque sea para hacer publicidad?». En ese momento estaba a cargo el arquitecto Jorge Aslan, nada menos que el hijo de José, de manera que estoy muy conectada a la familia Aslan.
Así fue entonces que a fines del ’87 o principios del ’88, no recuerdo bien, vine para acá pero más como exposición y con atención en horas de la tarde, hasta que ya en ese año 1988 finalmente me decido a trasladar todo a este local que ahora hemos podido ampliar. Creo que la ampliación era una necesidad ya que tenía cosas en los pasillos de manera permanente y por mejor voluntad que pusiera no había forma que el material entrara acá.
– También es famosa por los viajes que realiza y el excelente material que trae al regreso…
– Yo no soy vendedora pero me considero una excelente compradora. Además sucede que luego de la última debacle argentina la situación se había puesto realmente mal pero yo siempre honré las deudas, de manera que eso es reconocido en el exterior y cuando voy, por ejemplo, a alguna Feria del Libro en Europa me reciben de maravillas. Por ejemplo, en el 2008 se contactó conmigo un editor de Corea que tenía referencias mías para que yo sea representante en el país. Nos encontramos en la Feria del Libro de Frankfurt y él me esperó un año!, hasta que cerramos trato.
– Por qué considera usted que Concentra se transformó en un lugar de referencia?
– Siempre digo que jamás vendí un libro, a mi me los han comprado. Creo que hacemos las cosas con mucho cariño lo cual se manifiesta en la inmensa cantidad de postales y cartas de los clientes a lo largo de los años. Además, ¿Usted vio la colección de lechuzas?. Todas son regalos de nuestros clientes y ocupan una gran vitrina en el local. Cuando fue la fiesta de los 60 años hubo muchos recuerdos de todos los años vividos. Estuvieron aquellos que compraron sus primeros libros, quienes compraban a pagar, en fin todos los que pasaron por esta librería. Siempre con un trato amigable, pero no confianzudo.