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El Santuario de la Virgen de La Antigua, en Alberite, en España, es una fascinante obra arquitectónica contemporánea que se relaciona con las formas del pasado. El proyecto parte de la introducción de una arcada de piedra del siglo XVI, recuperada de un derribo, a la que el arquitecto español Juan M. Otxotorena une nuevos volúmenes de cemento visto. La obra valoriza el movimiento de la luz natural a través de las fachadas.

El proyecto del nuevo santuario no es solo un monumento religioso de gran fuerza espiritual, sino también un edificio emblemático para el territorio, un símbolo, tanto para creyentes como para no creyentes. La forma de la obra está ligada a la de una arcada de piedra de finales del siglo XVI, situada originariamente en el pueblo y muy amada por la gente. Salvada de un derribo, la arcada fue completamente desmontada y ha sido reconstruida en el nuevo emplazamiento, convirtiéndose en elemento de relación con el nuevo edificio.

En 2005 el Ayuntamiento de Alberite concedió a la Parroquia un terreno situado en una colina para la construcción del santuario de la Virgen de “La Antigua”. La decisión de situar la nueva edificación sobre las ruinas de un edificio antiguo traza una conexión con la historia del lugar, sin renunciar a la invención ni al lenguaje contemporáneo. Se trata de una filosofía que quiere acercar la gente a la arquitectura, materia todavía de difícil comprensión y afecto, en particular cuando se trata de la religiosa, en la que el sentido de la tradición es ciertamente fuerte.

Otro elemento clave de la composición es la relación entre la arquitectura y la topografía: una colina con una vertiente en precipicio, que domina un paisaje natural en el que el espacio urbanizado queda en el horizonte. El proyecto busca la monumentalidad, diseñando una amplia zona de respeto y la posibilidad de visión a 360 grados del paisaje.

La arcada antigua, situada en el frente este, cuyas formas se relacionan con la nueva obra y determinan su desarrollo, asume la función de portal de acceso y de mirador: su posición tiene en cuenta la orientación y la topografía del sitio, orientando la geometría del nuevo volumen. Visible desde lejos, ya que da al precipicio y está en posición dominante, presenta, por encima, un tejado plano en voladizo, sostenido por tres pilares. Esta estructura dinámica es el primer encuentro entre pasado y presente. El material elegido para la confrontación antiguo-contemporáneo es el cemento visto, que el desgaste que se produce con el tiempo tiende a aproximar, por color y acabado superficiales, a la piedra. Superando la arcada, se llega al interior del santuario, un volumen de cemento cuyos frentes están articulados por vidrieras en clara relación geométrica con los arcos que se encuentran a poca distancia. En la misma relación está también el frente oeste, que se eleva por encima del tejado plano. Este elemento de cemento tiene la función de romper la entrada de la luz directa en el santuario, evocando el ritmo de la arcada antigua.

Por último, entre la arcada y el santuario, se sitúa un espacio de contemplación que conduce a los peregrinos a la dimensión histórica de un claustro, para terminar con una perspectiva del paisaje.

La arquitectura es un sugestivo cruce de líneas horizontales y verticales: el tejado plano tiene como objetivo acoger a un gran número de fieles y favorecer ese sentido de misticismo que acompaña la visita del lugar. Las columnas y pilares favorecen la danza de la luz y, dejándose atravesar por los rayos de sol, crean un movimiento de sombras constante.
Ficha Técnica
Proyecto: Juan M. Otxotorena
Colaboradores: Andrés Ayesa, Carlos Díaz
Cliente: Parroquia de San Martín de Alberite
Lugar: Alberite, La Rioja (España)
Proyecto de estructuras: Fernando Sarría
Superficie útil bruta: 122,50 m2
Inicio del proyecto: 2005
Finalización de las obras: 2009
Empresa constructora: José Luis Sáenz Ausejo
Cubierta de cemento
Estructura de cemento y arcada del siglo XVI