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Las paredes ventiladas revestidas con baldosas de gres porcelánico, se presentan como una de las soluciones capaces de conjugar expresividad en los edificios (gracias a la colocación de baldosas individualmente) y funcionalidad de la técnica, permitiendo un notable ahorro en costes, tiempos y energías.

El envoltorio exterior es el aspecto constructivo que más define el impacto visual y comunica muchas características del proyecto. Por ello, a menudo se elige el gres porcelánico que, con sus características técnicas y la amplia gama de colores y acabados, es el material más idóneo para expresar la fuerza de un proyecto.

Cuando se realiza una pared ventilada con baldosas de gres porcelánico, se dispone de elementos individuales y autónomos que permiten al diseñador crear combinaciones, alternancias y juegos gráficos, utilizando la pared de la fachada ventilada como una superficie capaz de expresar la fuerza visual de la construcción arquitectónica.

Libertad e independencia en el diseño de los elementos individuales son aspectos de gran importancia para la estética de cualquier edificio, desde las viviendas unifamiliares a los edificios comerciales multifuncionales, que pueden incluir oficinas, showrooms y tiendas.

Como afirman las disciplinas contemporáneas, como el marketing visual, hoy en día está claro que la percepción de la imagen global de un objeto (entendido en sentido amplio, por tanto, también de una obra arquitectónica) es la combinación de varios elementos, que ya no pueden ser considerados individualmente en su función específica, sino que deben contextualizarse en una pluralidad de aspectos sensoriales, medioambientales y subjetivos: en una palabra, emocionales.

. Por ello, la técnica en que se basa el revestimiento de un edificio no es solo una cubierta del mismo, sino que se valora en su fuerza global.

Piénsese, por ejemplo, en las oportunidades estéticas que esta innovadora técnica constructiva ofrece a los edificios históricos o a los edificios en los que es necesario intervenir algunas décadas después de su construcción. En el contexto del cambio continuo de las ciudades, tales edificios pueden ser revitalizados, reintegrados en el entorno en el que están ubicados o ser reinventados completamente desde el punto de vista cromático.

En el caso de las paredes ventiladas con baldosas de gres porcelánico, la intervención está orientada funcionalmente hacia el ahorro (energético, económico, de eliminación de residuos) y conlleva una serie de beneficios aportados por la técnica constructiva de vanguardia.

Considérese, en primer lugar, el aislamiento térmico: la cámara de aire que se forma entre las baldosas de gres y la pared garantiza la ventilación y produce un notable ahorro energético. Ello es posible gracias al llamado “efecto chimenea”, en base al cual el aire caliente sube hacia arriba y mantiene de modo natural y constante la temperatura interior de la vivienda. La carga de calor del edificio se reduce en las estaciones cálidas gracias a la cualidad del revestimiento (que refleja los rayos solares) y de la cámara de aire (que garantiza la ventilación). En los meses de invierno, en cambio, las fachadas ventiladas retienen el calor, garantizando un evidente equilibrio térmico todo el año y favoreciendo un importante ahorro energético. El segundo aspecto es la fuerza y la estabilidad de la baldosa de gres, resistente a los diversos agentes atmosféricos, capaz de reflejar los rayos del sol y que permite la retención del calor en invierno y el frescor en verano. Desde este punto de vista, las paredes ventiladas están particularmente indicadas para todos los edificios con múltiples aberturas.

Un tercer aspecto, fundamental, viene dado por la facilidad de su colocación, que permite a los profesionales trabajar en todo tipo de condiciones climáticas.