Una mente creativa, revolucionaria y algo futurista, una persona llena de ideas, las cuales ha ido plasmando en pequeños proyectos. Michael Jantzen es un norteamericano afincado en Los Angeles que se dedica a la concepción de proyectos en los que experimenta con el cruce de la arquitectura y el arte. Desde hace algunos años ha ido creciendo su interés por la arquite

 

ctura y la aplicación de técnicas que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos naturales.

 

El arquitecto y diseñador Michael Jantzen, que ha expuesto en la Escuela de Diseño y Arquitectura de Harvard y en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, dice que el objetivo de transgredir la arquitectura de tal modo es “reinventar el entorno construido con el fin de ampliar el alcance de la conciencia”.

Una mente creativa, revolucionaria y algo futurista, es una persona llena de ideas, las cuales ha ido plasmando en pequeños proyectos. Desde hace algunos años ha ido creciendo su interés por la arquitectura y la aplicación de técnicas que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos n

 

aturales.

Michael Jantzen es un norteamericano afincado en Los Angeles que se dedica a la concepción de proyectos en los que experimenta con el cruce de la arquitectura y el arte. Es un apasionado por el movimiento y el factor de lo cambiante en la arquitectura, tratando de llevarla a un concepto más plástico sin dejar de lado la funcionalidad y la utilización de energías renovables en sus diseños.

Un soñador o más bien un mago –el soñador sueña y el mago puede hacer que las fantasías se aproximen o se conviertan del todo en realidad- su arte-arquitectura busca que la construcción sea paisaje, que el paisaje sea arte y que el arte encuentre su funcionalidad en la manera en que se pueden integrar las energías renovables en la edificación.

Más allá de sus diseños de apariencia onírica, lo cierto es que su apuesta por la integración de la arquitectura en la na

 

turaleza y el empleo de las energías renovables, hace que sus trabajos  clamen más por la practicidad que muchos otros diseños que visten de sobrios.

 

La bodega solar

Michael Jantzen, quien se mueve a menudo entre lo utópico y lo alcanzable, se pregunta si una bodega situada en medio de un viñedo puede ser autosuficiente en lo relativo a la energía que necesita.

Para acercarse a la obra de Michael Jantzen, hay que hacerlo manteniendo una cierta distancia, valga la contradicción, e incluso algo de escepticismo. La mayor parte de las obras que proyecta se quedan sin construir aunque, según él, están listas para ser edificadas. Sin embargo, son los conceptos tecnológicos que aplica lo más interesante de cara al estudio de sus propuestas.

“Mi meta para todo lo que creo está en la innovación extrema”, dice. “En la mayor parte de mi trabajo confluyen el arte, la arquitectura, la tecnología y el diseño sostenible”.

The Solar Vineyard Winery es una instalación pensada para autoabastecerse de energía a través de las onduladas y gigantescas placas fotovoltaicas que coronan la cubierta. “La electricidad procedentes de estas placas produciría energía para toda la bodega e incluso crearía energía sobrante que podría venderse a la red general”, explica. “Quiero demostrar de qué manera se pueden integrar de manera natural los sistemas de recolección de energías alternativas. En este caso, las placas solares son una parte integral de la estética en el diseño y cuentan con la propiedad de poder producir grandes cantidades de energía durante muchos años”, señala Jantzen.

La ondeante cubierta es capaz de recoger las aguas de lluvia y el edificio está preparado para procesar esa agua y hacerla apta para el riego de los viñedos adyacentes. Además, sirve como refugio para un amplio espacio multifuncional abierto que se eleva sobre los campos. “La parte útil de la bodega se esconde bajo esta estructura e incluye una zona de catas y ventas, una tienda, un café y aseos, etc.”, cuenta el arquitecto.

 

Centro de Ciencias Solar

El Centro de Ciencias Solar es una propuesta de diseño conceptual de una gran estructura con energía solar, dedicado al estudio del sol y toda la tecnología que se utiliza en aprovechar su energía para el bien de toda la humanidad. El Centro de Ciencias Solar cuenta con una altura de 160 pies en la estructura central en forma de cono, rematada con una gran variedad de células solares fotovoltaicas, que siguen los movimientos del sol durante todo el día.

Este seguimiento de sol, es la fuente de energía para todo el Centro de Ciencias. Cada vez que se recoge un exceso de energía, se envía a la red eléctrica local. La calefacción solar pasiva, la refrigeración y las técnicas naturales de iluminación durante el día, también se utilizan en toda la estructura. Además, el agua de lluvia se recoge del techo, se almacena en contenedores soterrados, se recicla y se utiliza en los alrededores del Centro de Ciencias Solar.

Los pequeños árboles plantados en contenedores móviles, se colocan en el techo de la estructura primaria. Cada uno de los contenedores tiene un banco circular construido en torno a su perímetro. Esta parte del techo es utilizada por los visitantes para eventos especiales y exposiciones. También, está incorporada una plataforma de observación general en la estructura central en forma de cono, para el uso público.

 

El interior de la estructura es fundamentalmente un espacio abierto, que se usa para eventos especiales y exposiciones. La parte central de la estructura en forma de cono, también se abre a un punto cerca de la cima, donde una gran pantalla LED muestra continuamente imágenes y sonidos que son relevantes para la ciencia del sol. Conceptualmente, este diseño se originó en la imagen de una gran antena parabólica, que recopila la información, y en este caso, la energía del sol, y la comparte con el planeta tierra.

 

Más información:

www.michaeljantzen.com