En la conocida ciudad de Pasadena, en California, surge el restaurante tailandés «Saladang Song», fruto del primer proyecto importante realizado por los arquitectos Tolkin y Byram en el 2001.
Para describir la autenticidad de esta estructura, podemos decir que en el centro de una parcela de terreno de forma rectangular, cerrado por tres lados con altos paneles de cemento, se sitúa un pabellón que alberga el restaurante principal, la cocina y un ático del que ha sido sacado un apartamento privado para la propietaria. Entre el pabellón central y el cercado exterior, se encuentra un patio que se asoma sobre la calle y que recuerda la «sala» tailandesa, una especie de lugar de descanso. De hecho, en este espacio es posible almorzar y descansar, lo que permite evadirse un poco de la frenética vida de la ciudad.
La distancia existente entre los diversos paneles del cercado determina un sugestivo alternarse de luces y sombras, sobre todo a la hora del ocaso y por la tarde, cuando el interior se ilumina: en el espacio situado entre un panel y el otro, Tolkin ha introducido delgadas pantallas de acero, que hacen las veces de membrana de protección. Estas se distinguen por sus originales decoraciones, que se inspiran en las de los tejidos tailandeses. En efecto consisten en motivos geométricos, representaciones de animales y escenas de la vida campesina, que crean al mismo tiempo un efecto «industrial» y exótico.
Estas pantallas, fabricadas en acero, vidrio y hormigón están colocadas en una posición estratégica que da vida a un agradable ritmo y a un sutil juego de movimientos a lo largo del muro perimétrico, haciendo que el entorno sea particularmente relajante. Los paneles de cemento liso han sido fabricados «in situ» y colocados directamente. Tiene 6,70 metros de altura y todo ello está unificado por un soporte estructural ubicado bajo el suelo del patio y el restaurante. También las pantallas integradas entre los paneles, labradas con las tecnologías láser más avanzadas, tienen una altura de 6,70 metros y todo ello está unificado por una cerca regular. Su acabado de acero es bastante simple: brilla durante el día y crea sombras a medida que el sol se desplaza hacia el oeste.
En la entrada se encuentra un pequeño quiosco que se encuentra situado más atrás con respecto a la calle lateral, formada también ella por paneles de acero labrado. Al abrigo de la cuarta pared que cierra la parcela de terreno, se ha construido una fuente lineal, instalada en el suelo del patio e iluminada de modo tal que una luz tenue se refleja sobre la pared.
El agua, los árboles y la luz dentro de la zona vallada hacen del patio del restaurante un lugar de atmósfera agradable y sofisticada, que contrasta con el conservadurismo arquitectónico típico de la ciudad de Pasadena. Este lugar de descanso llama la atención de los transeúntes, que pueden atrapar fugaces y atractivos escorzos del mismo, como ese rincón situado al Nordeste, casi desmaterializado, en el punto de encuentro entre las dos pantallas de acero.